Filipenses 3:1-21
RV60a
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LBLA
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NVI
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TLA
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1
Prosigo al blanco
Por lo demás, hermanos,
gozaos en el Señor. A mí no me es molesto el escribiros las mismas cosas, y
para vosotros es seguro.
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1 Por lo
demás, hermanos míos, regocijaos en el Señor. A mí no me es molesto
escribiros otra vez lo mismo, y para
vosotros es motivo de seguridad.
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1
Plena confianza en Cristo
Por lo demás, hermanos míos, alégrense en el Señor. Para mí no es
molestia volver a escribirles lo mismo, y a ustedes les da seguridad.
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1 Además, hermanos, alégrense de estar unidos al
Señor. A mí no me molesta repetirles lo que ya les había escrito, y a ustedes
les hace bien que lo repita.
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2
Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de los
mutiladores del cuerpo.
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2 Cuidaos
de los perros, cuidaos de los malos obreros, cuidaos de la falsa
circuncisión;
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2 Cuídense de esos perros, cuídense de esos que
hacen el mal, cuídense de esos que mutilan el cuerpo.
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2 ¡Cuídense de esa gente despreciable y malvada,
que los quiere circuncidar!
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3 Porque
nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos
gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne.
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3 porque
nosotros somos la verdadera
circuncisión, que adoramos en el Espíritu de Dios y nos gloriamos en Cristo
Jesús, no poniendo la confianza en la carne,
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3 Porque la circuncisión somos nosotros, los que
por medio del Espíritu de Dios adoramos, nos enorgullecemos en Cristo Jesús y
no ponemos nuestra confianza en esfuerzos humanos.
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3 Los verdaderos circuncidados somos nosotros,
los que guiados por el Espíritu adoramos a Dios y estamos orgullosos de
pertenecer a Jesucristo. Nosotros no creemos que podamos hacer nada para
salvarnos. Si la salvación dependiera de la circuncisión, yo podría sentirme
más orgulloso que cualquiera:
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4 Aunque
yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de
qué confiar en la carne, yo más:
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4 aunque
yo mismo podría confiar también en la carne. Si algún otro cree tener motivo para confiar en la carne, yo mucho
más:
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4 Yo mismo tengo motivos para tal confianza. Si
cualquier otro cree tener motivos para confiar en esfuerzos humanos, yo más:
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5
circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de
Benjamín,(A) hebreo de hebreos; en
cuanto a la ley, fariseo;(B)
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5
circuncidado el octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de
Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo;
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5 circuncidado al octavo día, del pueblo de
Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de pura cepa; en cuanto a la
interpretación de la ley, fariseo;
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5 me circuncidaron a los ocho días de nacido,
pertenezco a la nación de Israel, y soy de la tribu de Benjamín; ¡soy más
hebreo que muchos hebreos! En cuanto a cumplir la ley, pertenecí al grupo de
los fariseos.
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6 en
cuanto a celo, perseguidor de la iglesia;(C)
en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible.
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6 en
cuanto al celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia de la ley,
hallado irreprensible.
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6 en cuanto al celo, perseguidor de la iglesia;
en cuanto a la justicia que la ley exige, intachable.
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6 Tanto me preocupaba por cumplir la ley que
perseguía a los miembros de la iglesia. ¡Nadie puede culparme de no haber
cumplido la ley!
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7 Pero
cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de
Cristo.
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7 Pero
todo lo que para mí era ganancia, lo he estimado como pérdida por amor de
Cristo.
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7 Sin embargo, todo aquello que para mí era
ganancia, ahora lo considero pérdida por causa de Cristo.
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7 Pero, gracias a lo que Cristo hizo por mí,
ahora pienso que no vale la pena lo que antes consideré de valor.
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8 Y
ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del
conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo,
y lo tengo por basura, para ganar a Cristo,
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8 Y aún
más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor
de conocer a Cristo Jesús, mi Señor, por quien lo he perdido todo, y lo
considero como basura a fin de ganar a Cristo,
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8 Es más, todo lo considero pérdida por razón
del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo he
perdido todo, y lo tengo por estiércol, a fin de ganar a Cristo
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8 Todo eso lo he dejado a un lado, y lo
considero basura, con tal de llegar a conocer bien a Cristo, pues no hay
mejor conocimiento. Y quiero que Dios me acepte, no por haber obedecido la
ley, sino por confiar en Cristo, pues así es como Dios quiere aceptarnos.
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9 y ser
hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que
es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe;
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9 y ser
hallado en El, no teniendo mi propia justicia derivada de la ley, sino la que es por la fe en Cristo, la
justicia que procede de Dios sobre la
base de la fe,
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9 y encontrarme unido a él. No quiero mi propia
justicia que procede de la ley, sino la que se obtiene mediante la fe en
Cristo, la justicia que procede de Dios, basada en la fe.
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10 a fin
de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus
padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte,
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10 y conocerle a El, el poder de su resurrección y
la participación en sus padecimientos, llegando a ser como El en su muerte,
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10 Lo he perdido todo a fin de conocer a Cristo,
experimentar el poder que se manifestó en su resurrección, participar en sus
sufrimientos y llegar a ser semejante a él en su muerte.
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10 Por eso, lo único que deseo es conocer a
Cristo; es decir, sentir el poder de su resurrección, sufrir como él sufrió,
y aun morir como él murió,
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11 si en
alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos.
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11 a fin
de llegar a la resurrección de entre los muertos.
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11 Así espero alcanzar la resurrección de entre
los muertos.
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11 ¡y espero que Dios me conceda resucitar de los
muertos!
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12 No que
lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si
logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.
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12 No que
ya lo haya alcanzado o que ya haya llegado
a ser perfecto, sino que sigo adelante, a fin de poder alcanzar aquello para
lo cual también fui alcanzado por Cristo Jesús.
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12
Ciudadanos del cielo
No es que ya lo haya conseguido todo, o que ya sea perfecto. Sin
embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús
me alcanzó a mí.
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12 Con esto no quiero decir que yo haya logrado
ya hacer todo lo que les he dicho, ni tampoco que ya sea yo perfecto. Pero sí
puedo decir que sigo adelante, luchando por alcanzar esa meta, pues para eso
me salvó Jesucristo.
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13
Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa
hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está
delante,
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13
Hermanos, yo mismo no considero haberlo
ya alcanzado; pero una cosa hago:
olvidando lo que queda atrás y
extendiéndome a lo que está delante,
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13 Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya
logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y
esforzándome por alcanzar lo que está delante,
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13 Hermanos, yo sé muy bien que todavía no he
alcanzado la meta; pero he decidido no fijarme en lo que ya he recorrido,
sino que ahora me concentro en lo que me falta por recorrer.
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14 prosigo
a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
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14 prosigo
hacia la meta para obtener el premio
del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
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14 sigo avanzando hacia la meta para ganar el
premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús.
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14 Así que sigo adelante, hacia la meta, para
llevarme el premio que Dios nos llama a recibir por medio de Jesucristo.
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15 Así
que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa
sentís, esto también os lo revelará Dios.
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15 Así que
todos los que somos perfectos, tengamos esta misma
actitud; y si en algo tenéis una actitud distinta, eso también os lo revelará
Dios;
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15 Así que, ¡escuchen los perfectos! Todos
debemos[a] tener este modo
de pensar. Y si en algo piensan de forma diferente, Dios les hará ver esto
también.
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15 Todos los que ya hemos progresado mucho en
nuestra vida cristiana debemos pensar de esta manera. Y si algunos de ustedes
piensan de manera diferente, hasta eso les hará ver Dios con claridad.
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16 Pero en
aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma
cosa.
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16 sin
embargo, continuemos viviendo según la misma norma
que hemos alcanzado.
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16 En todo caso, vivamos de acuerdo con lo que ya
hemos alcanzado.[b]
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16 Lo importante es que todos nosotros sigamos
las mismas reglas.
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17
Hermanos, sed imitadores de mí,(D)
y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros.
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17
Hermanos, sed imitadores míos, y observad a los que andan según el
ejemplo que tenéis en nosotros.
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17 Hermanos, sigan todos mi ejemplo, y fíjense en
los que se comportan conforme al modelo que les hemos dado.
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17 Hermanos míos, sigan mi ejemplo. Y fíjense en
los que así lo hacen.
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18 Porque
por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo
llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo;
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18 Porque
muchos andan como os he dicho muchas veces, y ahora os lo digo aun llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo,
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18 Como les he dicho a menudo, y ahora lo repito
hasta con lágrimas, muchos se comportan como enemigos de la cruz de Cristo.
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18 Hay muchos que viven como si la muerte de
Cristo en la cruz no sirviera de nada. Eso ya se lo había dicho a ustedes
varias veces, pero ahora vuelvo a repetirlo con lágrimas en los ojos.
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19 el fin
de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su
vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal.
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19 cuyo
fin es perdición, cuyo dios es su
apetito y cuya gloria está en su
vergüenza, los cuales piensan sólo en las cosas terrenales.
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19 Su destino es la destrucción, adoran al dios
de sus propios deseos[c] y
se enorgullecen de lo que es su vergüenza. Sólo piensan en lo terrenal.
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19 Esa gente va a terminar en el infierno. Vive
sólo para comer, y está orgullosa de lo que hace, cuando en realidad debería
sentir vergüenza. Sólo piensa en las cosas malas de este mundo.
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20 Mas
nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al
Salvador, al Señor Jesucristo;
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20 Porque
nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también ansiosamente
esperamos a un Salvador, el Señor Jesucristo,
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20 En cambio, nosotros somos ciudadanos del
cielo, de donde anhelamos recibir al Salvador, el Señor Jesucristo.
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20 Nosotros, en cambio, somos ciudadanos del
cielo, y esperamos que de allí vuelva nuestro Salvador, el Señor Jesucristo.
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21 el cual
transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al
cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí
mismo todas las cosas.
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21 el cual
transformará el cuerpo de nuestro estado de humillación en conformidad al
cuerpo de su gloria, por el ejercicio del poder que tiene aun para sujetar
todas las cosas a sí mismo.
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21 Él transformará nuestro cuerpo miserable para
que sea como su cuerpo glorioso, mediante el poder con que somete a sí mismo
todas las cosas.
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21 Nuestros débiles cuerpos serán destruidos,
pero él los transformará en cuerpos gloriosos como el suyo. Esto lo hará con
el mismo poder con que controla todo el universo.
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