Sábado 14/09/2013 Filipenses 3:1-21


Filipenses 3:1-21

RV60a
LBLA
NVI
TLA
1

Prosigo al blanco
  Por lo demás, hermanos, gozaos en el Señor. A mí no me es molesto el escribiros las mismas cosas, y para vosotros es seguro.
1  Por lo demás, hermanos míos, regocijaos en el Señor. A mí no me es molesto escribiros otra vez lo mismo, y para vosotros es motivo de seguridad.
1
Plena confianza en Cristo
Por lo demás, hermanos míos, alégrense en el Señor. Para mí no es molestia volver a escribirles lo mismo, y a ustedes les da seguridad.
1 Además, hermanos, alégrense de estar unidos al Señor. A mí no me molesta repetirles lo que ya les había escrito, y a ustedes les hace bien que lo repita.
2  Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de los mutiladores del cuerpo.
2  Cuidaos de los perros, cuidaos de los malos obreros, cuidaos de la falsa circuncisión;
2 Cuídense de esos perros, cuídense de esos que hacen el mal, cuídense de esos que mutilan el cuerpo.
2 ¡Cuídense de esa gente despreciable y malvada, que los quiere circuncidar!
3  Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne.
3  porque nosotros somos la verdadera circuncisión, que adoramos en el Espíritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no poniendo la confianza en la carne,
3 Porque la circuncisión somos nosotros, los que por medio del Espíritu de Dios adoramos, nos enorgullecemos en Cristo Jesús y no ponemos nuestra confianza en esfuerzos humanos.
3 Los verdaderos circuncidados somos nosotros, los que guiados por el Espíritu adoramos a Dios y estamos orgullosos de pertenecer a Jesucristo. Nosotros no creemos que podamos hacer nada para salvarnos. Si la salvación dependiera de la circuncisión, yo podría sentirme más orgulloso que cualquiera:
4  Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más:
4  aunque yo mismo podría confiar también en la carne. Si algún otro cree tener motivo para confiar en la carne, yo mucho más:
4 Yo mismo tengo motivos para tal confianza. Si cualquier otro cree tener motivos para confiar en esfuerzos humanos, yo más:

5  circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín,(A) hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo;(B)
5  circuncidado el octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo;
5 circuncidado al octavo día, del pueblo de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de pura cepa; en cuanto a la interpretación de la ley, fariseo;
5 me circuncidaron a los ocho días de nacido, pertenezco a la nación de Israel, y soy de la tribu de Benjamín; ¡soy más hebreo que muchos hebreos! En cuanto a cumplir la ley, pertenecí al grupo de los fariseos.
6  en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia;(C) en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible.
6  en cuanto al celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia de la ley, hallado irreprensible.
6 en cuanto al celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que la ley exige, intachable.
6 Tanto me preocupaba por cumplir la ley que perseguía a los miembros de la iglesia. ¡Nadie puede culparme de no haber cumplido la ley!
7  Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.
7  Pero todo lo que para mí era ganancia, lo he estimado como pérdida por amor de Cristo.
7 Sin embargo, todo aquello que para mí era ganancia, ahora lo considero pérdida por causa de Cristo.
7 Pero, gracias a lo que Cristo hizo por mí, ahora pienso que no vale la pena lo que antes consideré de valor.
8  Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo,
8  Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor, por quien lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo,
8 Es más, todo lo considero pérdida por razón del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo he perdido todo, y lo tengo por estiércol, a fin de ganar a Cristo
8 Todo eso lo he dejado a un lado, y lo considero basura, con tal de llegar a conocer bien a Cristo, pues no hay mejor conocimiento. Y quiero que Dios me acepte, no por haber obedecido la ley, sino por confiar en Cristo, pues así es como Dios quiere aceptarnos.
9  y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe;
9  y ser hallado en El, no teniendo mi propia justicia derivada de la ley, sino la que es por la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios sobre la base de la fe,
9 y encontrarme unido a él. No quiero mi propia justicia que procede de la ley, sino la que se obtiene mediante la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios, basada en la fe.

10  a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte,
10  y conocerle a El, el poder de su resurrección y la participación en sus padecimientos, llegando a ser como El en su muerte,
10 Lo he perdido todo a fin de conocer a Cristo, experimentar el poder que se manifestó en su resurrección, participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejante a él en su muerte.
10 Por eso, lo único que deseo es conocer a Cristo; es decir, sentir el poder de su resurrección, sufrir como él sufrió, y aun morir como él murió,
11  si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos.
11  a fin de llegar a la resurrección de entre los muertos.
11 Así espero alcanzar la resurrección de entre los muertos.
11 ¡y espero que Dios me conceda resucitar de los muertos!
12  No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.
12  No que ya lo haya alcanzado o que ya haya llegado a ser perfecto, sino que sigo adelante, a fin de poder alcanzar aquello para lo cual también fui alcanzado por Cristo Jesús.
12
Ciudadanos del cielo
No es que ya lo haya conseguido todo, o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí.
12 Con esto no quiero decir que yo haya logrado ya hacer todo lo que les he dicho, ni tampoco que ya sea yo perfecto. Pero sí puedo decir que sigo adelante, luchando por alcanzar esa meta, pues para eso me salvó Jesucristo.
13  Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,
13  Hermanos, yo mismo no considero haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante,
13 Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante,
13 Hermanos, yo sé muy bien que todavía no he alcanzado la meta; pero he decidido no fijarme en lo que ya he recorrido, sino que ahora me concentro en lo que me falta por recorrer.
14  prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
14  prosigo hacia la meta para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
14 sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús.
14 Así que sigo adelante, hacia la meta, para llevarme el premio que Dios nos llama a recibir por medio de Jesucristo.
15  Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios.
15  Así que todos los que somos perfectos, tengamos esta misma actitud; y si en algo tenéis una actitud distinta, eso también os lo revelará Dios;
15 Así que, ¡escuchen los perfectos! Todos debemos[a] tener este modo de pensar. Y si en algo piensan de forma diferente, Dios les hará ver esto también.
15 Todos los que ya hemos progresado mucho en nuestra vida cristiana debemos pensar de esta manera. Y si algunos de ustedes piensan de manera diferente, hasta eso les hará ver Dios con claridad.
16  Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa.
16  sin embargo, continuemos viviendo según la misma norma que hemos alcanzado.
16 En todo caso, vivamos de acuerdo con lo que ya hemos alcanzado.[b]
16 Lo importante es que todos nosotros sigamos las mismas reglas.
17  Hermanos, sed imitadores de mí,(D) y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros.
17  Hermanos, sed imitadores míos, y observad a los que andan según el ejemplo que tenéis en nosotros.
17 Hermanos, sigan todos mi ejemplo, y fíjense en los que se comportan conforme al modelo que les hemos dado.
17 Hermanos míos, sigan mi ejemplo. Y fíjense en los que así lo hacen.
18  Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo;
18  Porque muchos andan como os he dicho muchas veces, y ahora os lo digo aun llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo,
18 Como les he dicho a menudo, y ahora lo repito hasta con lágrimas, muchos se comportan como enemigos de la cruz de Cristo.
18 Hay muchos que viven como si la muerte de Cristo en la cruz no sirviera de nada. Eso ya se lo había dicho a ustedes varias veces, pero ahora vuelvo a repetirlo con lágrimas en los ojos.
19  el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal.
19  cuyo fin es perdición, cuyo dios es su apetito y cuya gloria está en su vergüenza, los cuales piensan sólo en las cosas terrenales.
19 Su destino es la destrucción, adoran al dios de sus propios deseos[c] y se enorgullecen de lo que es su vergüenza. Sólo piensan en lo terrenal.
19 Esa gente va a terminar en el infierno. Vive sólo para comer, y está orgullosa de lo que hace, cuando en realidad debería sentir vergüenza. Sólo piensa en las cosas malas de este mundo.
20  Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
20  Porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también ansiosamente esperamos a un Salvador, el Señor Jesucristo,
20 En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde anhelamos recibir al Salvador, el Señor Jesucristo.
20 Nosotros, en cambio, somos ciudadanos del cielo, y esperamos que de allí vuelva nuestro Salvador, el Señor Jesucristo.
21  el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.
21  el cual transformará el cuerpo de nuestro estado de humillación en conformidad al cuerpo de su gloria, por el ejercicio del poder que tiene aun para sujetar todas las cosas a sí mismo.
21 Él transformará nuestro cuerpo miserable para que sea como su cuerpo glorioso, mediante el poder con que somete a sí mismo todas las cosas.

21 Nuestros débiles cuerpos serán destruidos, pero él los transformará en cuerpos gloriosos como el suyo. Esto lo hará con el mismo poder con que controla todo el universo.