Sábado 12/10/2013 1 Timoteo 6:1-21

1 Timoteo 6:1-21

RV60a
LBLA
NVI
TLA
1  Todos los que están bajo el yugo de esclavitud, tengan a sus amos por dignos de todo honor, para que no sea blasfemado el nombre de Dios y la doctrina.
1  Todos los que están bajo yugo como esclavos, consideren a sus propios amos como dignos de todo honor, para que el nombre de Dios y nuestra doctrina no sean blasfemados.
1 Todos los que aún son esclavos deben reconocer que sus amos merecen todo respeto; así evitarán que se hable mal del nombre de Dios y de nuestra enseñanza.
1 Los miembros de la iglesia que aún sean esclavos deben respetar en todo a sus amos, para que nadie hable mal de Dios ni de las enseñanzas cristianas.
2  Y los que tienen amos creyentes, no los tengan en menos por ser hermanos, sino sírvanles mejor, por cuanto son creyentes y amados los que se benefician de su buen servicio. Esto enseña y exhorta.

Piedad y contentamiento

2  Y los que tienen amos que son creyentes, no les falten el respeto, porque son hermanos, sino sírvanles aún mejor, ya que son creyentes y amados los que se benefician de su servicio. Enseña y predica estos principios.
2 Los que tienen amos creyentes no deben faltarles al respeto por ser hermanos. Al contrario, deben servirles todavía mejor, porque los que se benefician de sus servicios son creyentes y hermanos queridos. Esto es lo que debes enseñar y recomendar.
2 Y los que tengan amos cristianos no deben dejar de obedecerlos sólo porque ambos son cristianos. Al contrario, deben hacer bien su trabajo, y aún mejor, pues lo están haciendo para alguien a quien aprecian y que también confía en Dios. A los miembros de la iglesia, y a sus líderes, enséñales que deben obedecer lo que te voy a decir:
3  Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad,
3  Si alguno enseña una doctrina diferente y no se conforma a las sanas palabras, las de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad,
3
El amor al dinero
Si alguien enseña falsas doctrinas, apartándose de la sana enseñanza de nuestro Señor Jesucristo y de la doctrina que se ciñe a la verdadera religión,[a]
3 Si alguien enseña algo que no va de acuerdo con las enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo, ni con la verdadera religión cristiana,
4  está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas,
4  está envanecido y nada entiende, sino que tiene un interés morboso en discusiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas,
4 es un obstinado que nada entiende. Ese tal padece del afán enfermizo de provocar discusiones inútiles que generan envidias, discordias, insultos, suspicacias
4 es un orgulloso que no sabe nada, y que tiene la mala costumbre de discutir sobre el significado de ciertas palabras. Con esto sólo causa envidias, enojos, insultos, desconfianza
5  disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales.
5  y constantes rencillas entre hombres de mente depravada, que están privados de la verdad, que suponen que la piedad es un medio de ganancia.
5 y altercados entre personas de mente depravada, carentes de la verdad. Éste es de los que piensan que la religión es un medio de obtener ganancias.
5 y peleas en todo momento. Los que hacen eso no son capaces de pensar bien ni conocen la verdad; piensan que, por medio de la religión, pueden ganar mucho dinero.
6  Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento;
6  Pero la piedad, en efecto, es un medio de gran ganancia cuando va acompañada de contentamiento.
6 Es cierto que con la verdadera religión se obtienen grandes ganancias, pero sólo si uno está satisfecho con lo que tiene.
6 Por supuesto, la religión cristiana hace que nuestra vida sea mucho mejor, pero sólo cuando uno está contento con lo que tiene.
7  porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar.
7  Porque nada hemos traído al mundo, así que nada podemos sacar de él.
7 Porque nada trajimos a este mundo, y nada podemos llevarnos.
7 Porque, cuando nacimos no trajimos nada al mundo, y cuando muramos tampoco podremos llevarnos nada.
8  Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto.
8  Y si tenemos qué comer y con qué cubrirnos, con eso estaremos contentos.
8 Así que, si tenemos ropa y comida, contentémonos con eso.
8 Así que debemos estar contentos de que tenemos ropa y comida.
9  Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición;
9  Pero los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo y en muchos deseos necios y dañosos que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición.
9 Los que quieren enriquecerse caen en la tentación y se vuelven esclavos de sus muchos deseos. Estos afanes insensatos y dañinos hunden a la gente en la ruina y en la destrucción.
9 Pero los que sólo piensan en ser ricos caen en las trampas de Satanás. Son tentados a hacer cosas tontas y perjudiciales, que terminan por destruirlos totalmente.
10  porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.

La buena batalla de la fe

10  Porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, por el cual, codiciándolo algunos, se extraviaron de la fe y se torturaron con muchos dolores.
10 Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males. Por codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado muchísimos sinsabores.
10 Porque todos los males comienzan cuando sólo se piensa en el dinero. Por el deseo de amontonarlo, muchos se olvidaron de obedecer a Dios y acabaron por tener muchos problemas y sufrimientos.
11  Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.
11  Pero tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la perseverancia y la amabilidad.
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Encargo de Pablo a Timoteo
Tú, en cambio, hombre de Dios, huye de todo eso, y esmérate en seguir la justicia, la piedad, la fe, el amor, la constancia y la humildad.
11 Pero tú, Timoteo, estás al servicio de Dios. Por eso, aléjate de todo lo malo. Trata siempre de obedecer a Dios y de ser un buen discípulo de Jesucristo. No dejes de confiar en él, y ama a todos los hermanos de la iglesia. Cuando enfrentes dificultades, ten paciencia y sé amable con los demás.
12  Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.
12  Pelea la buena batalla de la fe; echa mano de la vida eterna a la cual fuiste llamado, y de la que hiciste buena profesión en presencia de muchos testigos.
12 Pelea la buena batalla de la fe; haz tuya la vida eterna, a la que fuiste llamado y por la cual hiciste aquella admirable declaración de fe delante de muchos testigos.
12 Imita al deportista, que se esfuerza por ganar la competencia: haz todo lo posible por ser un buen discípulo de Jesucristo, y recibirás el premio de la vida eterna. Dios te llamó y te prometió esa vida cuando, delante de mucha gente, anunciaste que habías confiado en Dios.
13  Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato,(A)
13  Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Cristo Jesús, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato,
13 Teniendo a Dios por testigo, el cual da vida a todas las cosas, y a Cristo Jesús, que dio su admirable testimonio delante de Poncio Pilato, te encargo
13 Delante de Dios, que creó todo lo que existe, y delante de Jesucristo, que ante Pilato dio buen testimonio de su confianza en Dios,
14  que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo,
14  que guardes el mandamiento sin mancha ni reproche hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo,
14 que guardes este mandato sin mancha ni reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo,
14 te pido que obedezcas todo lo que te ordeno, para que nadie pueda acusarte de nada. Haz esto hasta que vuelva nuestro Señor Jesucristo,
15  la cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores,
15  la cual manifestará a su debido tiempo el bienaventurado y único Soberano, el Rey de reyes y Señor de señores;
15 la cual Dios a su debido tiempo hará que se cumpla. Al único y bendito Soberano, Rey de reyes y Señor de señores,
15 quien vendrá en el momento oportuno, cuando nuestro maravilloso Dios así lo quiera. Porque Dios es el único que gobierna sobre todos; Dios es el más grande de los reyes y el más poderoso de los gobernantes.
16  el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén.
16  el único que tiene inmortalidad y habita en luz inaccesible; a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. A El sea la honra y el dominio eterno. Amén.
16 al único inmortal, que vive en luz inaccesible, a quien nadie ha visto ni puede ver, a él sea el honor y el poder eternamente. Amén.
16 Dios es el único que vive para siempre, y vive en una luz tan brillante que nadie puede acercarse a él. Nadie lo ha visto ni puede verlo. ¡El honor y el poder son de él para siempre! Amén.
17  A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos.
17  A los ricos en este mundo, enséñales que no sean altaneros ni pongan su esperanza en la incertidumbre de las riquezas, sino en Dios, el cual nos da abundantemente todas las cosas para que las disfrutemos.
17 A los ricos de este mundo, mándales que no sean arrogantes ni pongan su esperanza en las riquezas, que son tan inseguras, sino en Dios, que nos provee de todo en abundancia para que lo disfrutemos.
17 Adviérteles a los ricos de este mundo que no sean orgullosos ni confíen en sus riquezas, porque es muy fácil perder todo lo que se tiene. Al contrario, diles que confíen en Dios, pues él es bueno, y nos da todo lo que necesitamos para que lo disfrutemos.
18  Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos;
18  Enséñales que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, generosos y prontos a compartir,
18 Mándales que hagan el bien, que sean ricos en buenas obras, y generosos, dispuestos a compartir lo que tienen.
18 Mándales que hagan el bien, que se hagan ricos en buenas acciones. Recuérdales que deben dar y compartir lo que tienen.
19  atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna.

Encargo final de Pablo a Timoteo

19  acumulando para sí el tesoro de un buen fundamento para el futuro, para que puedan echar mano de lo que en verdad es vida.
19 De este modo atesorarán para sí un seguro caudal para el futuro y obtendrán la vida verdadera.
19 Así tendrán un tesoro que, en el futuro, seguramente les permitirá disfrutar de la vida eterna.
20  Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas sobre cosas vanas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia,
20  Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, y evita las palabrerías vacías y profanas, y las objeciones de lo que falsamente se llama ciencia,
20 Timoteo, ¡cuida bien lo que se te ha confiado! Evita las discusiones profanas e inútiles, y los argumentos de la falsa ciencia.
20 Timoteo, ¡trata de hacer bien tu trabajo! No prestes atención a lo que dicen los que no creen en Cristo, ni a los que critican nuestras enseñanzas y afirman tener la verdad.
21  la cual profesando algunos, se desviaron de la fe. La gracia sea contigo. Amén.
21  la cual profesándola algunos, se han desviado de la fe.  La gracia sea con vosotros.
21 Algunos, por abrazarla, se han desviado de la fe. Que la gracia sea con ustedes.

21 Por hacerles caso, algunos ya han dejado de confiar en Dios. Yo le pido a Dios que a ustedes los llene de su amor.