RV60a
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LBLA
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NVI
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TLA
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1
Una salvación tan grande
Por tanto, es necesario que
con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos
deslicemos.
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1 Por
tanto, debemos prestar mucha mayor atención a lo que hemos oído, no sea que
nos desviemos.
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1
Advertencia a prestar atención
Por eso es necesario que prestemos más atención a lo que hemos oído,
no sea que perdamos el rumbo.
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1 Por eso debemos poner más interés en el
mensaje de salvación que hemos oído, para no apartarnos del camino que Dios
nos señala.
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2 Porque
si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y
desobediencia recibió justa retribución,
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2 Porque
si la palabra hablada por medio de ángeles resultó ser inmutable, y toda
transgresión y desobediencia recibió una justa retribución,
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2 Porque si el mensaje anunciado por los ángeles
tuvo validez, y toda transgresión y desobediencia recibió su justo castigo,
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2 Si el mensaje que anunciaron los ángeles
resultó ser verdad, y quienes no lo obedecieron recibieron el castigo que
merecían,
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3 ¿cómo
escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual,
habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los
que oyeron,
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3 ¿cómo
escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande? La cual,
después que fue anunciada primeramente por medio del Señor, nos fue
confirmada por los que oyeron,
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3 ¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos una
salvación tan grande? Esta salvación fue anunciada primeramente por el Señor,
y los que la oyeron nos la confirmaron.
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3 con más razón seremos castigados nosotros si
no reconocemos el gran valor de la salvación que él nos ofrece. Porque el
Señor Jesús mismo fue el primero en comunicar el mensaje de salvación, y
después, los que oyeron ese mensaje nos demostraron que era verdad.
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4
testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y
diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad.
El autor de la salvación
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4
testificando Dios juntamente con ellos, tanto por señales como por
prodigios, y por diversos milagros y por dones del Espíritu Santo según su
propia voluntad.
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4 A la vez, Dios ratificó su testimonio acerca
de ella con señales, prodigios, diversos milagros y dones distribuidos por el
Espíritu Santo según su voluntad.
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4 Dios también nos lo demostró por medio de
muchas señales y de acciones maravillosas, y también con milagros. Además,
cuando lo hizo, les dio el Espíritu Santo a quienes él se lo quiso dar.
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5 Porque
no sujetó a los ángeles el mundo venidero, acerca del cual estamos hablando;
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5 Porque
no sujetó a los ángeles el mundo venidero, acerca del cual estamos hablando.
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5
Jesús, hecho igual a sus hermanos
Dios no puso bajo el dominio de los ángeles el mundo venidero del
que estamos hablando.
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5 Dios no ha puesto a los ángeles como jefes del
mundo en que vamos a vivir en el futuro. En ese mundo
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6 pero
alguien testificó en cierto lugar, diciendo:
¿Qué es el hombre, para
que te acuerdes de él,
O el hijo del hombre, para
que le visites?
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6 Pero
uno ha testificado en cierto lugar diciendo: ¿QUE ES EL HOMBRE PARA QUE DE EL
TE ACUERDES, O EL HIJO DEL HOMBRE PARA QUE TE INTERESES EN EL?
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6 Como alguien ha atestiguado en algún lugar:
«¿Qué es el hombre, para que en él pienses? ¿Qué es el ser humano,[a] para que lo tomes en cuenta?
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6 el jefe será otro. Pues la Biblia dice: «Dios,
¿qué somos los mortales para que pienses en nosotros y nos tomes en cuenta?
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7 Le
hiciste un poco menor que los ángeles,
Le coronaste de gloria y de
honra,
Y le pusiste sobre las obras
de tus manos;
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7 LE HAS
HECHO UN POCO INFERIOR A LOS ANGELES; LE HAS CORONADO DE GLORIA Y HONOR, Y LE
HAS PUESTO SOBRE LAS OBRAS DE TUS MANOS;
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7 Lo hiciste un poco[b] menor que los ángeles, y lo coronaste
de gloria y de honra;
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7 ¡Nos creaste casi iguales que a los ángeles!
Nos trataste como a reyes;
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8 Todo
lo sujetaste bajo sus pies.(A)
Porque en cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó que no sea
sujeto a él; pero todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas.
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8 TODO LO
HAS SUJETADO BAJO SUS PIES. Porque al sujetarlo todo a él, no dejó nada que
no le sea sujeto. Pero ahora no vemos aún todas las cosas sujetas a él.
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8 ¡todo lo sometiste a su dominio!»[c] Si Dios puso bajo él todas las cosas,
entonces no hay nada que no le esté sujeto. Ahora bien, es cierto que todavía
no vemos que todo le esté sujeto.
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8 nos diste plena autoridad sobre todo lo que
hiciste; nos diste dominio sobre toda tu creación». Y si Dios le dio «dominio
sobre toda la creación», eso quiere decir que nada de lo creado queda fuera
de su gobierno. Claro, todavía no vemos que él gobierne sobre todas las
cosas.
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9 Pero
vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado
de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la
gracia de Dios gustase la muerte por todos.
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9 Pero
vemos a aquel que fue hecho un poco inferior a los ángeles, es decir, a Jesús, coronado de gloria y honor a
causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios probara
la muerte por todos.
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9 Sin embargo, vemos a Jesús, que fue hecho un
poco inferior a los ángeles, coronado de gloria y honra por haber padecido la
muerte. Así, por la gracia de Dios, la muerte que él sufrió resulta en
beneficio de todos.
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9 Pero Dios nos ama y envió a Jesús a morir para
salvarnos. Por eso, aunque Dios permitió que, por algún tiempo, Jesús fuera
menos importante que los ángeles, ahora Jesús ha recibido gloria y honor.
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10 Porque
convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las
cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria,
perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos.
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10 Porque
convenía que aquel para quien son todas las cosas y por quien son todas las
cosas, llevando muchos hijos a la gloria, hiciera perfecto por medio de los
padecimientos al autor de la salvación de ellos.
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10 En efecto, a fin de llevar a muchos hijos a la
gloria, convenía que Dios, para quien y por medio de quien todo existe,
perfeccionara mediante el sufrimiento al autor de la salvación de ellos.
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10 Dios hizo todas las cosas para él mismo, y
quiere que su gloria la compartan todos los que lo aman y obedecen. Para eso,
Dios tenía que hacer perfecto a Jesucristo y dejarlo morir, pues Jesucristo
es el Salvador de ellos.
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11 Porque
el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no
se avergüenza de llamarlos hermanos,
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11 Porque
tanto el que santifica como los que son santificados, son todos de un Padre ; por lo cual El
no se avergüenza de llamarlos hermanos,
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11 Tanto el que santifica como los que son
santificados tienen un mismo origen, por lo cual Jesús no se avergüenza de
llamarlos hermanos,
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11 Todos los que aman y obedecen a Dios son sus
hijos, y Dios es padre de todos ellos. Y como Jesús también es Hijo de Dios,
no se avergüenza de tratarlos como hermanos,
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12
diciendo:
Anunciaré a mis hermanos
tu nombre,
En medio de la congregación
te alabaré.(B)
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12
diciendo: ANUNCIARE TU NOMBRE A MIS HERMANOS, EN MEDIO DE LA
CONGREGACION TE CANTARE HIMNOS.
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12 cuando dice: «Proclamaré tu nombre a mis
hermanos; en medio de la congregación te alabaré.»[d]
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12 pues él le dijo a Dios: «Cuando mi pueblo se
junte para adorarte en el templo, yo les hablaré de ti, y te cantaré
alabanzas.»
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13 Y
otra vez:
Yo confiaré en él.(C) Y de nuevo:
He aquí, yo y los hijos que
Dios me dio.(D)
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13 Y otra
vez: YO EN EL CONFIARE. Y otra vez: HE AQUI, YO Y LOS HIJOS QUE DIOS ME HA
DADO.
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13 En otra parte dice: «Yo confiaré en él.»[e] Y añade: «Aquí me tienen, con los
hijos que Dios me ha dado.»[f]
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13 También dice: «Confiaré en Dios.» Y añade:
«Aquí estoy, con los hijos que Dios me ha dado.»
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14 Así
que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también
participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el
imperio de la muerte, esto es, al diablo,
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14 Así
que, por cuanto los hijos participan de carne y sangre, El igualmente
participó también de lo mismo, para anular mediante la muerte el poder de
aquel que tenía el poder de la muerte, es decir, el diablo,
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14 Por tanto, ya que ellos son de carne y hueso,[g] él también compartió esa naturaleza
humana para anular, mediante la muerte, al que tiene el dominio de la muerte
—es decir, al diablo—,
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14 Nosotros somos seres de carne y hueso. Por eso
Jesús se hizo igual a nosotros. Sólo así podía morir para vencer al diablo,
que tenía poder para matar a hombres y mujeres.
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15 y
librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida
sujetos a servidumbre.
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15 y
librar a los que por el temor a la muerte, estaban sujetos a esclavitud
durante toda la vida.
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15 y librar a todos los que por temor a la muerte
estaban sometidos a esclavitud durante toda la vida.
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15 Con su muerte, Jesús dio libertad a los que se
pasaban la vida con miedo a la muerte.
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16 Porque
ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de
Abraham.
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16 Porque
ciertamente no ayuda a los ángeles, sino que ayuda a la descendencia de
Abraham.
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16 Pues, ciertamente, no vino en auxilio de los
ángeles sino de los descendientes de Abraham.
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16 Queda claro que Jesús no vino para ayudar a
los ángeles, sino a todos los descendientes de Abraham.
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17 Por lo
cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser
misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar
los pecados del pueblo.
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17 Por tanto,
tenía que ser hecho semejante a sus hermanos en todo, a fin de que llegara a
ser un misericordioso y fiel sumo sacerdote en las cosas que a Dios atañen,
para hacer propiciación por los pecados del pueblo.
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17 Por eso era preciso que en todo se asemejara a
sus hermanos, para ser un sumo sacerdote fiel y misericordioso al servicio de
Dios, a fin de expiar[h]
los pecados del pueblo.
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17 Para poder ayudarlos, tenía que hacerse igual
a ellos. Por eso Jesús es un Jefe de Sacerdotes en quien se puede confiar,
pues está lleno de amor para servir a Dios. Además, por medio de su muerte,
Jesús logró que Dios nos perdonara nuestros pecados.
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18 Pues en
cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que
son tentados.
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18 Pues
por cuanto El mismo fue tentado en el sufrimiento, es poderoso para socorrer
a los que son tentados.
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18 Por haber sufrido él mismo la tentación, puede
socorrer a los que son tentados.
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18 Y como Jesús mismo sufrió, y el diablo le puso
trampas para hacerlo pecar, ahora, cuando el diablo nos pone trampas, Jesús
puede ayudarnos a todos.
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Sábado 26/10/2013 Hebreos 2:1-18
Hebreos 2:1-18