Jueves 19/12/2013 Apocalipsis 5.

Apocalipsis 5:1-14

RV60a
LBLA
NVI
TLA
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El rollo y el Cordero
  Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera,(A) sellado con siete sellos.
1  Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos.
1
El rollo escrito y el Cordero
En la mano derecha del que estaba sentado en el trono vi un rollo escrito por ambos lados y sellado con siete sellos.
1 En la mano derecha del que estaba sentado en el trono vi un libro enrollado. Las hojas del libro estaban escritas por ambos lados, y el libro estaba cerrado con siete sellos.
2  Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?
2  Y vi a un ángel poderoso que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y de desatar sus sellos?
2 También vi a un ángel poderoso que proclamaba a gran voz: «¿Quién es digno de romper los sellos y de abrir el rollo?»
2 Luego vi a un ángel poderoso que preguntaba con fuerte voz: «¿Quién tiene la autoridad de romper los sellos y de abrir el rollo?»
3  Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni aun mirarlo.
3  Y nadie, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro ni mirar su contenido.
3 Pero ni en el cielo ni en la tierra, ni debajo de la tierra, hubo nadie capaz de abrirlo ni de examinar su contenido.
3 Y no había nadie en todo el universo que pudiera abrir el rollo ni mirar su contenido.
4  Y lloraba yo mucho, porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo.
4  Y yo lloraba mucho, porque nadie había sido hallado digno de abrir el libro ni de mirar su contenido.
4 Y lloraba yo mucho porque no se había encontrado a nadie que fuera digno de abrir el rollo ni de examinar su contenido.
4 Yo me puse a llorar mucho, porque no había quien pudiera hacerlo.
5  Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá,(B) la raíz de David,(C) ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos.
5  Entonces uno de los ancianos me dijo*: No llores; mira, el León de la tribu de Judá, la Raíz de David, ha vencido para abrir el libro y sus siete sellos.
5 Uno de los ancianos me dijo: «¡Deja de llorar, que ya el León de la tribu de Judá, la Raíz de David, ha vencido! Él sí puede abrir el rollo y sus siete sellos.»
5 Pero uno de los ancianos me dijo: «No llores más, que ha salido vencedor el heredero del trono de David, a quien se le llama el León de Judá. Sólo él tiene la autoridad de romper los siete sellos y de abrir el rollo.»
6  Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado,(D) que tenía siete cuernos, y siete ojos,(E) los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.
6  Miré, y vi entre el trono (con los cuatro seres vivientes) y los ancianos, a un Cordero, de pie, como inmolado, que tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete Espíritus de Dios enviados por toda la tierra.
6 Entonces vi, en medio de los cuatro seres vivientes y del trono y los ancianos, a un Cordero que estaba de pie y parecía haber sido sacrificado. Tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.
6 Entonces vi un Cordero cerca del trono. En el cuerpo llevaba las marcas de haber sido sacrificado. Estaba de pie, rodeado por los cuatro seres vivientes y por los veinticuatro ancianos. Tenía siete cuernos, y también siete ojos. Estos son los siete espíritus de Dios, que han sido enviados para visitar toda la tierra.
7  Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono.
7  Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono.
7 Se acercó y recibió el rollo de la mano derecha del que estaba sentado en el trono.
7 El Cordero fue y tomó el libro enrollado que tenía en la mano derecha el que estaba sentado en el trono.
8  Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos;(F)
8  Cuando tomó el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; cada uno tenía un arpa y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos.
8 Cuando lo tomó, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero. Cada uno tenía un arpa y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones del pueblo de Dios.
8 Apenas hizo esto, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se arrodillaron delante de él. Cada uno tenía un arpa, y llevaba una copa llena de incienso que representaba las oraciones del pueblo de Dios.
9  y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;
9  Y cantaban* un cántico nuevo, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre compraste para Dios a gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación.
9 Y entonaban este nuevo cántico: «Digno eres de recibir el rollo escrito y de romper sus sellos, porque fuiste sacrificado, y con tu sangre compraste para Dios gente de toda raza, lengua, pueblo y nación.
9 Y todos ellos cantaban esta nueva canción: «Sólo tú mereces tomar el libro y romper sus sellos. Porque fuiste sacrificado, y con tu sangre rescataste para Dios, a gente de toda raza, idioma, pueblo y nación.
10  y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes,(G) y reinaremos sobre la tierra.
10  Y los has hecho un reino y sacerdotes para nuestro Dios; y reinarán sobre la tierra.
10 De ellos hiciste un reino; los hiciste sacerdotes al servicio de nuestro Dios, y reinarán sobre la tierra.»
10 Los hiciste reyes y sacerdotes para nuestro Dios; ellos gobernarán la tierra.»
11  Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones,(H)
11  Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono y de los seres vivientes y de los ancianos; y el número de ellos era miríadas de miríadas, y millares de millares,
11 Luego miré, y oí la voz de muchos ángeles que estaban alrededor del trono, de los seres vivientes y de los ancianos. El número de ellos era millares de millares y millones de millones.
11 Luego oí el murmullo de muchos ángeles. Eran millones y millones de ángeles que rodeaban el trono, a los cuatro seres vivientes y a los veinticuatro ancianos.
12  que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza.
12  que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado digno es de recibir el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, el honor, la gloria y la alabanza.
12 Cantaban con todas sus fuerzas: «¡Digno es el Cordero, que ha sido sacrificado, de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría, la fortaleza y la honra, la gloria y la alabanza!»
12 Y decían con fuerte voz: «El Cordero que fue sacrificado, merece recibir el poder y la riqueza, la sabiduría y la fuerza, el honor y la alabanza.»
13  Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.
13  Y a toda cosa creada que está en el cielo, sobre la tierra, debajo de la tierra y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay , oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el dominio por los siglos de los siglos.
13 Y oí a cuanta criatura hay en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra y en el mar, a todos en la creación, que cantaban: «¡Al que está sentado en el trono y al Cordero, sean la alabanza y la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos!»
13 Y también oí decir a todos los seres del universo: «¡Que todos alaben al que está sentado en el trono, y también al Cordero! Que lo llamen maravilloso, y por siempre admiren su poder.»
14  Los cuatro seres vivientes decían: Amén; y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al que vive por los siglos de los siglos.
14  Y los cuatro seres vivientes decían: Amén. Y los ancianos se postraron y adoraron.
14 Los cuatro seres vivientes exclamaron: «¡Amén!», y los ancianos se postraron y adoraron.

14 Los cuatro seres vivientes decían: «¡Así sea!», y los veinticuatro ancianos se arrodillaron y adoraron al que está sentado en el trono, y al Cordero.