Lunes 09/12/2013 1 Juan 5

1 Juan 5:1-21

RV60a
LBLA
NVI
TLA
1

La fe que vence al mundo
  Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él.
1  Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al Padre, ama al que ha nacido de El.
1
Vivamos en la fe
Todo el que cree que Jesús es el Cristo, ha nacido de Dios, y todo el que ama al padre, ama también a sus hijos.
1 Si creemos que Jesús es el Mesías, en verdad seremos hijos de Dios. Y recordemos que, si amamos al Padre, también debemos amar a los hijos de ese mismo Padre.
2  En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos.
2  En esto sabemos que amamos a los hijos de Dios: cuando amamos a Dios y guardamos sus mandamientos.
2 Así, cuando amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos, sabemos que amamos a los hijos de Dios.
2 Y sabemos que amamos a Dios y obedecemos sus mandamientos, cuando también amamos a los hijos de Dios.
3  Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos;(A) y sus mandamientos no son gravosos.
3  Porque este es el amor de Dios: que guardemos sus mandamientos, y sus mandamientos no son gravosos.
3 En esto consiste el amor a Dios: en que obedezcamos sus mandamientos. Y éstos no son difíciles de cumplir,
3 Nosotros demostramos que amamos a Dios cuando obedecemos sus mandamientos; y obedecerlos no es difícil.
4  Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.
4  Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe.
4 porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Ésta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe.
4 En realidad, todo el que es hijo de Dios vence lo malo de este mundo, y todo el que confía en Jesucristo obtiene la victoria.
5  ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?

El testimonio del Espíritu

5  ¿Y quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
5 ¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
5 El que cree que Jesús es el Hijo de Dios, vence al mundo y a su maldad.
6  Este es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre; no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad.
6  Este es el que vino mediante agua y sangre, Jesucristo; no sólo con agua, sino con agua y con sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio, porque el Espíritu es la verdad.
6 Éste es el que vino mediante agua y sangre, Jesucristo; no sólo mediante agua, sino mediante agua y sangre. El Espíritu es quien da testimonio de esto, porque el Espíritu es la verdad.
6 Cuando Jesucristo vino a este mundo, fue bautizado en agua, y al morir derramó su sangre. El Espíritu de Dios es testigo de esto, y todo lo que el Espíritu dice es verdad.
7  Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno.
7  Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo, y estos tres son uno. Y tres son los que dan testimonio en la tierra:
7 Tres son los que dan testimonio,
7 Son tres los que nos enseñan que esto es verdad:
8  Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan.
8  el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres concuerdan.
8 y los tres están de acuerdo: el Espíritu[a], el agua y la sangre.
8 el Espíritu de Dios, el agua del bautismo, y la sangre que Jesús derramó al morir en la cruz. Y los tres dicen lo mismo.
9  Si recibimos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios; porque este es el testimonio con que Dios ha testificado acerca de su Hijo.
9  Si recibimos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios; porque este es el testimonio de Dios: que El ha dado testimonio acerca de su Hijo.
9 Aceptamos el testimonio humano, pero el testimonio de Dios vale mucho más, precisamente porque es el testimonio de Dios, que él ha dado acerca de su Hijo.
9 Nosotros valoramos lo que dice la gente, pero valoramos más lo que Dios dice, porque nos habla acerca de su Hijo.
10  El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.
10  El que cree en el Hijo de Dios tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, ha hecho a Dios mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado respecto a su Hijo.
10 El que cree en el Hijo de Dios acepta este testimonio. El que no cree a Dios lo hace pasar por mentiroso, por no haber creído el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.
10 Confiar en el Hijo de Dios es creer en lo que Dios ha dicho. Pero el que no cree en Dios lo hace pasar por mentiroso, porque no ha creído lo que Dios mismo ha dicho acerca de su Hijo Jesucristo.
11  Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.(B)
11  Y el testimonio es éste: que Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo.
11 Y el testimonio es éste: que Dios nos ha dado vida eterna, y esa vida está en su Hijo.
11 Y lo que Dios ha dicho es que él nos ha dado vida eterna, y que tendremos esa vida si creemos en su Hijo.
12  El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.

El conocimiento de la vida eterna

12  El que tiene al Hijo tiene la vida, y el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida.
12 El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida.
12 Si vivimos unidos al Hijo de Dios, tenemos vida eterna. Si no vivimos unidos al Hijo de Dios, no tenemos vida eterna.
13  Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.
13  Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna.
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Observaciones finales
Les escribo estas cosas a ustedes que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna.
13 Les escribo esto a ustedes, que confían en el Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna.
14  Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.
14  Y esta es la confianza que tenemos delante de El, que si pedimos cualquier cosa conforme a su voluntad, El nos oye.
14 Ésta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que si pedimos conforme a su voluntad, él nos oye.
14 Confiamos en Dios, pues sabemos que él nos oye, si le pedimos algo que a él le agrada.
15  Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.
15  Y si sabemos que El nos oye en cualquier cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hemos hecho.
15 Y si sabemos que Dios oye todas nuestras oraciones, podemos estar seguros de que ya tenemos lo que le hemos pedido.
15 Y así como sabemos que él oye nuestras oraciones, también sabemos que ya nos ha dado lo que le hemos pedido.
16  Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida; esto es para los que cometen pecado que no sea de muerte. Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que se pida.
16  Si alguno ve a su hermano cometiendo un pecado que no lleva a la muerte, pedirá, y por él Dios dará vida a los que cometen pecado que no lleva a la muerte. Hay un pecado que lleva a la muerte; yo no digo que deba pedir por ése.
16 Si alguno ve a su hermano cometer un pecado que no lleva a la muerte, ore por él y Dios le dará vida. Me refiero a quien comete un pecado que no lleva a la muerte. Hay un pecado que sí lleva a la muerte, y en ese caso no digo que se ore por él.
16 Si alguno ve que un hermano de la iglesia comete un pecado que no lleva a la muerte, debe orar por ese hermano, para que Dios le dé vida. Pero debe tratarse de un pecado que no lleve a la muerte. Porque hay pecados que llevan a la muerte, y quiero decirles que no se debe orar por quienes los cometen.
17  Toda injusticia es pecado; pero hay pecado no de muerte.
17  Toda injusticia es pecado, y hay pecado que no lleva a la muerte.
17 Toda maldad es pecado, pero hay pecado que no lleva a la muerte.
17 Todo tipo de maldad es pecado, pero no todo pecado lleva a la muerte.
18  Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca.
18  Sabemos que todo el que ha nacido de Dios, no peca; sino que aquel que nació de Dios le guarda y el maligno no lo toca.
18 Sabemos que el que ha nacido de Dios no está en pecado: Jesucristo, que nació de Dios, lo protege, y el maligno no llega a tocarlo.
18 Sabemos que los hijos de Dios no pecan porque Jesucristo, el Hijo de Dios, los cuida, y el diablo no puede hacerles daño.
19  Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.
19  Sabemos que somos de Dios, y que todo el mundo yace bajo el poder del maligno.
19 Sabemos que somos hijos de Dios, y que el mundo entero está bajo el control del maligno.
19 Sabemos que somos de Dios, y que el resto de la gente en el mundo está dominada por el diablo.
20  Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.
20  Y sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento a fin de que conozcamos al que es verdadero; y nosotros estamos en aquel que es verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios y la vida eterna.
20 También sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para que conozcamos al Dios verdadero. Y estamos con el Verdadero, con[b] su Hijo Jesucristo. Éste es el Dios verdadero y la vida eterna.
20 Y también sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y que nos ha dado la capacidad de conocer al Dios verdadero. Nosotros vivimos unidos a su Hijo Jesucristo; él es el Dios verdadero, que da la vida eterna.
21  Hijitos, guardaos de los ídolos. Amén.
21  Hijos, guardaos de los ídolos.
21 Queridos hijos, apártense de los ídolos.

21 Cuidado, hijos míos; no obedezcan a los dioses falsos.