RV60a
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LBLA
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NVI
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TLA
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1
Los dos testigos
Entonces me fue dada una
caña semejante a una vara de medir, y se me dijo: Levántate, y mide el templo
de Dios,(A) y el altar, y a los que
adoran en él.
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1 Me fue
dada una caña de medir semejante a una vara, y alguien dijo: Levántate y mide
el templo de Dios y el altar, y a los que en él adoran.
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1
Los dos testigos
Se me dio una caña que servía para medir, y se me ordenó: «Levántate
y mide el templo de Dios y el altar, y calcula cuántos pueden adorar allí.
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1 Luego me dieron una regla de madera para
medir, y Dios me dijo: «Ve y mide mi templo y mi altar, y mira cuántos me
están adorando allí.
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2 Pero el
patio que está fuera del templo déjalo aparte, y no lo midas, porque ha sido
entregado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa(B) cuarenta y dos meses.
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2 Pero
excluye el patio que está fuera del templo, no lo midas, porque ha sido
entregado a las naciones, y éstas
hollarán la ciudad santa por cuarenta y dos meses.
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2 Pero no incluyas el atrio exterior del templo;
no lo midas, porque ha sido entregado a las naciones paganas, las cuales
pisotearán la ciudad santa durante cuarenta y dos meses.
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2 Pero no midas el espacio que hay fuera del
templo, porque ese espacio se lo he dado a los que no creen en mí. Ellos
gobernarán sobre Jerusalén durante tres años y medio,
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3 Y daré
a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos
de cilicio.
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3 Y
otorgaré autoridad a mis dos testigos,
y ellos profetizarán por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio.
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3 Por mi parte, yo encargaré a mis dos testigos
que, vestidos de luto,[a]
profeticen durante mil doscientos sesenta días.»
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3 y yo enviaré a dos profetas para que anuncien
mi verdadero mensaje. Los enviaré vestidos con ropa áspera, para que anuncien
profecías durante esos tres años y medio.»
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4 Estos
testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante
del Dios de la tierra.(C)
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4 Estos
son los dos olivos y los dos candeleros que están delante del Señor de la
tierra.
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4 Estos dos testigos son los dos olivos y los
dos candelabros que permanecen delante del Señor de la tierra.
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4 Estos dos profetas son los dos árboles de
olivo y los dos candelabros que están delante de Dios, que es el rey de la
tierra.
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5 Si
alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus
enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe morir él de la misma manera.
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5 Y si
alguno quiere hacerles daño, de su boca sale fuego y devora a sus enemigos;
así debe morir cualquiera que quisiera hacerles daño.
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5 Si alguien quiere hacerles daño, ellos lanzan
fuego por la boca y consumen a sus enemigos. Así habrá de morir cualquiera
que intente hacerles daño.
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5 Si alguien trata de hacerles daño, ellos echarán
fuego por la boca y quemarán por completo a sus enemigos, hasta matarlos.
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6 Estos
tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su
profecía;(D) y tienen poder sobre
las aguas para convertirlas en sangre,(E)
y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran.
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6 Estos
tienen poder para cerrar el cielo a fin de que no llueva durante los días en
que ellos profeticen; y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en
sangre, y para herir la tierra con toda suerte de
plagas todas las veces que quieran.
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6 Estos testigos tienen poder para cerrar el
cielo a fin de que no llueva mientras estén profetizando; y tienen poder para
convertir las aguas en sangre y para azotar la tierra, cuantas veces quieran,
con toda clase de plagas.
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6 Ellos tienen poder para hacer que no llueva
durante los tres años y medio que profetizarán. También tienen poder para
hacer que el agua se vuelva sangre, y para hacer que la gente de este mundo
sufra toda clase de terribles males. Y pueden hacerlo cuantas veces quieran.
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7 Cuando
hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo(F) hará guerra contra ellos, y los vencerá(G) y los matará.
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7 Cuando
hayan terminado de dar su testimonio,
la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, los vencerá y los
matará.
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7 Ahora bien, cuando hayan terminado de dar su
testimonio, la bestia que sube del abismo les hará la guerra, los vencerá y
los matará.
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7 Cuando estos dos profetas hayan terminado de
anunciar mi verdadero mensaje, el monstruo que sube desde el Abismo profundo
peleará contra ellos, y los vencerá y los matará.
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8 Y sus
cadáveres estarán en la plaza de la grande ciudad que en sentido espiritual
se llama Sodoma(H) y Egipto, donde
también nuestro Señor fue crucificado.
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8 Y sus
cadáveres yacerán en la calle de la
gran ciudad, que simbólicamente se llama Sodoma y Egipto, donde también su
Señor fue crucificado.
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8 Sus cadáveres quedarán tendidos en la plaza de
la gran ciudad, llamada en sentido figurado[b]
Sodoma y Egipto, donde también fue crucificado su Señor.
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8 Sus cuerpos quedarán tirados en la calle
principal de la gran ciudad, donde mataron al Señor clavándolo en una cruz.
La gente le ha dado a esa ciudad el nombre simbólico de Sodoma, y también la
llaman Egipto.
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9 Y los
de los pueblos, tribus, lenguas y naciones verán sus cadáveres por tres días
y medio, y no permitirán que sean sepultados.
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9 Y gente de todos
los pueblos, tribus, lenguas y naciones, contemplarán sus cadáveres por tres
días y medio, y no permitirán que sus cadáveres sean sepultados.
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9 Y gente de todo pueblo, tribu, lengua y nación
contemplará sus cadáveres por tres días y medio, y no permitirá que se les dé
sepultura.
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9 Durante tres días y medio, gente de distintos
pueblos, razas, idiomas y países verá sus cadáveres, y no dejará que los
entierren.
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10 Y los
moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos y se alegrarán, y se
enviarán regalos unos a otros; porque estos dos profetas habían atormentado a
los moradores de la tierra.
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10 Y los
que moran en la tierra se regocijarán por ellos y se alegrarán, y se enviarán
regalos unos a otros, porque estos dos profetas atormentaron a los que moran
en la tierra.
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10 Los habitantes de la tierra se alegrarán de su
muerte y harán fiesta e intercambiarán regalos, porque estos dos profetas les
estaban haciendo la vida imposible.
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10 Todo el mundo se alegrará de verlos muertos, y
se mandarán regalos unos a otros para celebrar su muerte, porque esos dos
profetas eran un terrible sufrimiento para aquella gente.
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11 Pero
después de tres días y medio entró en ellos el espíritu de vida enviado por
Dios, y se levantaron sobre sus pies,(I)
y cayó gran temor sobre los que los vieron.
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11 Pero
después de los tres días y medio, el aliento de vida de parte de Dios vino a
ellos y se pusieron en pie, y gran temor cayó sobre quienes los contemplaban.
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11 Pasados los tres días y medio, entró en ellos
un aliento de vida enviado por Dios, y se pusieron de pie, y quienes los observaban
quedaron sobrecogidos de terror.
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11 Pero después de esos tres días y medio Dios
volvió a darles vida, y ellos se pusieron de pie; y todas las personas que
los vieron tuvieron mucho miedo.
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12 Y
oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo
en una nube;(J) y sus enemigos los
vieron.
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12
Entonces oyeron una gran voz del cielo que les decía: Subid acá. Y
subieron al cielo en la nube, y sus enemigos los vieron.
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12 Entonces los dos testigos oyeron una potente
voz del cielo que les decía: «Suban acá.» Y subieron al cielo en una nube, a
la vista de sus enemigos.
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12 Entonces los dos profetas oyeron una voz
fuerte, que les decía: «¡Suban aquí!» Ellos subieron al cielo en una nube, a
la vista de todos sus enemigos.
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13 En
aquella hora hubo un gran terremoto,(K)
y la décima parte de la ciudad se derrumbó, y por el terremoto murieron en
número de siete mil hombres; y los demás se aterrorizaron, y dieron gloria al
Dios del cielo.
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13 En
aquella misma hora hubo un gran terremoto y la décima parte de la ciudad se
derrumbó, y siete mil personas murieron en el terremoto, y los demás,
aterrorizados, dieron gloria al Dios del cielo.
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13 En ese mismo instante se produjo un violento
terremoto y se derrumbó la décima parte de la ciudad. Perecieron siete mil
personas, pero los sobrevivientes, llenos de temor, dieron gloria al Dios del
cielo.
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13 En ese mismo instante hubo un gran terremoto,
que destruyó la décima parte de la ciudad, y siete mil personas murieron. Los
sobrevivientes tuvieron mucho miedo y alabaron a Dios, que está en el cielo.
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14 El
segundo ay pasó; he aquí, el tercer ay viene pronto.
La séptima trompeta
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14 El
segundo ¡ay! ha pasado; he aquí, el tercer ¡ay! viene pronto.
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14 El segundo ¡ay! ya pasó, pero se acerca el
tercero.
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14 Ese fue el segundo desastre, pero el tercero
viene pronto.
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15 El
séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían:
Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él
reinará por los siglos de los siglos.(L)
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15 El
séptimo ángel tocó la trompeta, y se levantaron grandes voces en el cielo,
que decían: El reino del mundo ha
venido a ser el reino de nuestro Señor
y de su Cristo; y El reinará por los siglos de los siglos.
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15
La séptima trompeta
Tocó el séptimo ángel su trompeta, y en el cielo resonaron fuertes
voces que decían: «El reino del mundo ha pasado a ser de nuestro Señor y de
su Cristo, y él reinará por los siglos de los siglos.»
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15 El séptimo ángel tocó su trompeta, y en el
cielo se oyeron fuertes voces que decían: «Nuestro Dios y su Mesías ya
gobiernan sobre todo el mundo, y reinarán para siempre.»
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16 Y los
veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se
postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios,
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16 Y los
veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se
postraron sobre sus rostros y adoraron a Dios,
|
16 Los veinticuatro ancianos que estaban sentados
en sus tronos delante de Dios se postraron rostro en tierra y adoraron a Dios
|
16 Y los veinticuatro ancianos que están sentados
en sus tronos, delante de Dios, se inclinaron hasta tocar el suelo con la
frente y adoraron a Dios,
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17
diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que
eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado.
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17
diciendo: Te damos gracias, oh
Señor Dios Todopoderoso, el que eres y el que eras, porque has tomado tu gran
poder y has comenzado a reinar.
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17 diciendo: «Señor, Dios Todopoderoso, que eres
y que eras,[c] te damos
gracias porque has asumido tu gran poder y has comenzado a reinar.
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17 diciendo: «Señor, Dios todopoderoso, tú vives
y siempre has vivido. Gracias porque has demostrado tu gran poder, y porque
has comenzado a reinar sobre el mundo.
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18 Y se
airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los
muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a
los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes,(M) y de destruir a los que destruyen la
tierra.
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18 Y las
naciones se enfurecieron, y vino tu ira y llegó
el tiempo de juzgar a los muertos y de dar la recompensa a tus siervos los
profetas, a los santos y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los
grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra.
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18 Las naciones se han enfurecido; pero ha
llegado tu castigo, el momento de juzgar a los muertos, y de recompensar a
tus siervos los profetas, a tus santos y a los que temen tu nombre, sean
grandes o pequeños, y de destruir a los que destruyen la tierra.»
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18 »Los pueblos que no creen en ti, están
enojados, pero ha llegado el día en que los castigarás con todo tu enojo.
»Ese día juzgarás a todos los que han muerto, premiarás a los profetas, tus
servidores, premiarás a todo tu pueblo, y también a los que te respetan; no
importa si son poderosos, o humildes; tú los premiarás.»
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19 Y el templo
de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo.
Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto(N)
y grande granizo.(O)
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19 El
templo de Dios que está en el cielo fue abierto; y el arca de su pacto se
veía en su templo, y hubo relámpagos, voces y truenos, y un terremoto y una
fuerte granizada.
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19 Entonces se abrió en el cielo el templo de
Dios; allí se vio el arca de su pacto, y hubo relámpagos, estruendos,
truenos, un terremoto y una fuerte granizada.
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19 Entonces se abrieron las puertas del templo de
Dios, que está en el cielo, y dentro del templo podía verse el cofre de su
pacto. Y hubo relámpagos, un resonar de truenos, un fuerte temblor de tierra
y una gran lluvia de granizo.
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