Romanos 10:1-21



RV60a
LBLA
NVI
TLA
1  Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación.
1  Hermanos, el deseo de mi corazón y mi oración a Dios por ellos es para su salvación.
1 Hermanos, el deseo de mi corazón, y mi oración a Dios por los israelitas, es que lleguen a ser salvos.
1 Hermanos en Cristo, con todo mi corazón deseo y pido a Dios que él salve del castigo a los israelitas.
2  Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia.
2  Porque yo testifico a su favor de que tienen celo de Dios, pero no conforme a un pleno conocimiento.
2 Puedo declarar en favor de ellos que muestran celo por Dios, pero su celo no se basa en el conocimiento.
2 Estoy seguro de que ellos tienen muchos deseos de servir a Dios, pero no saben cómo hacerlo.
3  Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios;
3  Pues desconociendo la justicia de Dios y procurando establecer la suya propia, no se sometieron a la justicia de Dios.
3 No conociendo la justicia que proviene de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se sometieron a la justicia de Dios.
3 No comprenden que sólo Dios nos puede declarar inocentes. Por eso han tratado de hacer algo para que Dios los acepte. En realidad, han rechazado la manera en que Dios quiere aceptarlos.
4  porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.
4  Porque Cristo es el fin de la ley para justicia a todo aquel que cree.
4 De hecho, Cristo es el fin de la ley, para que todo el que cree reciba la justicia.
4 Dios ya no nos acepta por obedecer la ley; ahora sólo acepta a los que confían en Cristo. Con Cristo, la ley llegó a su cumplimiento.
5  Porque de la justicia que es por la ley Moisés escribe así: El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas.(A)
5  Porque Moisés escribe que el hombre que practica la justicia que es de la ley, vivirá por ella.
5 Así describe Moisés la justicia que se basa en la ley: «Quien practique estas cosas vivirá por ellas.»[a]
5 Al referirse a los que obedecen la ley para que Dios los acepte, Moisés escribió lo siguiente: «La persona que obedezca la ley se salvará si la cumple.»
6  Pero la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer abajo a Cristo);
6  Pero la justicia que es de la fe, dice así: NO DIGAS EN TU CORAZON: "¿QUIEN SUBIRA AL CIELO?" (esto es, para hacer bajar a Cristo),
6 Pero la justicia que se basa en la fe afirma: «No digas en tu corazón: “¿Quién subirá al cielo?”[b] (es decir, para hacer bajar a Cristo),
6 Al contrario, esto es lo que dice de los que confían en Dios para que él los acepte: «Nunca te preguntes: “¿Quién subirá al cielo?”», es decir, subir al cielo para pedirle a Cristo que baje.
7  o, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos).
7  o "¿QUIEN DESCENDERA AL ABISMO?" (esto es, para subir a Cristo de entre los muertos).
7 o “¿Quién bajará al abismo?” » (es decir, para hacer subir a Cristo de entre los muertos).
7 «Tampoco te preguntes: “¿Quién bajará al mundo de los muertos?”», es decir, bajar allá para pedirle a Cristo que resucite.
8  Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón.(B) Esta es la palabra de fe que predicamos:
8  Mas, ¿qué dice? CERCA DE TI ESTA LA PALABRA, EN TU BOCA Y EN TU CORAZON, es decir, la palabra de fe que predicamos:
8 ¿Qué afirma entonces? «La palabra está cerca de ti; la tienes en la boca y en el corazón.»[c] Ésta es la palabra de fe que predicamos:
8 Más bien, la Biblia dice: «El mensaje de Dios está cerca de ti; está en tu boca y en tu corazón.» Y ese mismo mensaje es el que les traemos: que debemos confiar en Dios.
9  que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
9  que si confiesas con tu boca a Jesús por Señor, y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo;
9 que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo.
9 Pues si ustedes reconocen con su propia boca que Jesús es el Señor, y si creen de corazón que Dios lo resucitó, entonces se librarán del castigo que merecen.
10  Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
10  porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación.
10 Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo.
10 Pues si creemos de todo corazón, seremos aceptados por Dios; y si con nuestra boca reconocemos que Jesús es el Señor, Dios nos salvará.
11  Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.(C)
11  Pues la Escritura dice: TODO EL QUE CREE EN EL NO SERA AVERGONZADO.
11 Así dice la Escritura: «Todo el que confíe en él no será jamás defraudado.»[d]
11 La Biblia dice: «Dios no deja en vergüenza a los que confían en él.»
12  Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan;
12  Porque no hay distinción entre judío y griego, pues el mismo Señor es Señor de todos, abundando en riquezas para todos los que le invocan;
12 No hay diferencia entre judíos y gentiles, pues el mismo Señor es Señor de todos y bendice abundantemente a cuantos lo invocan,
12 No importa si son judíos o no lo son, porque todos tienen el mismo Dios, y él es muy bueno con todos los que le piden ayuda.
13  porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.(D)
13  porque: TODO AQUEL QUE INVOQUE EL NOMBRE DEL SEÑOR SERA SALVO.
13 porque «todo el que invoque el nombre del Señor será salvo».[e]
13 Pues la Biblia también dice: «Dios salvará a los que lo reconozcan como su Dios.»
14  ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?
14  ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?
14 Ahora bien, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique?
14 Pero, ¿cómo van a reconocerlo, si no confían en él? ¿Y cómo van a confiar en él, si nada saben de él? ¿Y cómo van a saberlo, si nadie les habla acerca del Señor Jesucristo?
15  ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!(E)
15  ¿Y cómo predicarán si no son enviados? Tal como está escrito: ¡CUAN HERMOSOS SON LOS PIES DE LOS QUE ANUNCIAN EL EVANGELIO DEL BIEN!
15 ¿Y quién predicará sin ser enviado? Así está escrito: «¡Qué hermoso es recibir al mensajero que trae[f] buenas nuevas!»
15 ¿Y cómo hablarán de Jesucristo, si Dios no los envía? Como dice la Biblia: «¡Qué hermoso es ver llegar a los que traen buenas noticias!»
16  Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio?(F)
16  Sin embargo, no todos hicieron caso al evangelio, porque Isaías dice: SEÑOR, ¿QUIEN HA CREIDO A NUESTRO ANUNCIO?
16 Sin embargo, no todos los israelitas aceptaron las buenas nuevas. Isaías dice: «Señor, ¿quién ha creído a nuestro mensaje?»[g]
16 Sin embargo, no todos han aceptado estas buenas noticias. Como dijo el profeta Isaías: «Señor, ¡nadie ha creído a nuestro mensaje!»
17  Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
17  Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo.
17 Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo.[h]
17 Así que las personas llegan a confiar en Dios cuando oyen el mensaje acerca de Jesucristo.
18  Pero digo: ¿No han oído? Antes bien,
 Por toda la tierra ha salido la voz de ellos,
 Y hasta los fines de la tierra sus palabras.(G)
18  Pero yo digo, ¿acaso nunca han oído? Ciertamente que sí: POR TODA LA TIERRA HA SALIDO SU VOZ, Y HASTA LOS CONFINES DEL MUNDO SUS PALABRAS.
18 Pero pregunto: ¿Acaso no oyeron? ¡Claro que sí! «Por toda la tierra se difundió su voz, ¡sus palabras llegan hasta los confines del mundo!»[i]
18 Pero yo pregunto: ¿Será que no han tenido oportunidad de oír el mensaje? ¡Claro que lo han oído! Porque la Biblia dice: «Sus palabras recorren toda la tierra y llegan hasta el fin del mundo.»
19  También digo: ¿No ha conocido esto Israel? Primeramente Moisés dice:
 Yo os provocaré a celos con un pueblo que no es pueblo;
 Con pueblo insensato os provocaré a ira.(H)
19  Y añado: ¿Acaso Israel no sabía? En primer lugar, Moisés dice: YO OS PROVOCARE A CELOS CON UN pueblo QUE NO ES PUEBLO; CON UN PUEBLO SIN ENTENDIMIENTO OS PROVOCARE A IRA.
19 Pero insisto: ¿Acaso no entendió Israel? En primer lugar, Moisés dice: «Yo haré que ustedes sientan envidia de los que no son nación; voy a irritarlos con una nación insensata.»[j]
19 Vuelvo entonces a preguntar: ¿Será que los israelitas no se han dado cuenta? ¡Claro que sí se han dado cuenta! Pues, en primer lugar, Dios dijo por medio de Moisés: «Haré que los israelitas se pongan celosos de un pueblo sin importancia. Haré que se enojen con gente de poco entendimiento.»
20  E Isaías dice resueltamente:
 Fui hallado de los que no me buscaban;
 Me manifesté a los que no preguntaban por mí.(I)
20  E Isaías es muy osado, y dice: FUI HALLADO POR LOS QUE NO ME BUSCABAN; ME MANIFESTE A LOS QUE NO PREGUNTABAN POR MI.
20 Luego Isaías se atreve a decir: «Dejé que me hallaran los que no me buscaban; me di a conocer a los que no preguntaban por mí.»[k]
20 Después, Isaías se atrevió a recordar algo que Dios había dicho: «Me encontraron aquellos que no me buscaban. Me presenté ante gente que no preguntaba por mí.»
21  Pero acerca de Israel dice: Todo el día extendí mis manos a un pueblo rebelde y contradictor.(J)
21  Pero en cuanto a Israel, dice: TODO EL DIA HE EXTENDIDO MIS MANOS A UN PUEBLO DESOBEDIENTE Y REBELDE.
21 En cambio, respecto de Israel, dice: «Todo el día extendí mis manos hacia un pueblo desobediente y rebelde.»[l]

21 Pero del pueblo de Israel, Dios dijo por medio de Isaías: «Todo el día le ofrecí ayuda a un pueblo terco y desobediente.»