1 Corintios 15:1-58


RV60a
LBLA
NVI
TLA
1

La resurrección de los muertos
  Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis;
1  Ahora os hago saber, hermanos, el evangelio que os prediqué, el cual también recibisteis, en el cual también estáis firmes,
1
La resurrección de Cristo
Ahora, hermanos, quiero recordarles el evangelio que les prediqué, el mismo que recibieron y en el cual se mantienen firmes.
1 Queridos hermanos, quiero recordarles la buena noticia que les di. Ustedes la recibieron con gusto y confiaron en ella.
2  por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano.
2  por el cual también sois salvos, si retenéis la palabra que os prediqué, a no ser que hayáis creído en vano.
2 Mediante este evangelio son salvos, si se aferran a la palabra que les prediqué. De otro modo, habrán creído en vano.
2 Si continúan confiando firmemente en esa buena noticia, serán salvos. Pero si no, de nada les servirá haberla aceptado.
3  Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;(A)
3  Porque yo os entregué en primer lugar lo mismo que recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;
3 Porque ante todo[a] les transmití a ustedes lo que yo mismo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras,
3 Lo primero que les enseñé fue lo mismo que yo aprendí: que Cristo murió en lugar de nosotros, que éramos pecadores. Tal como lo enseña la Biblia,
4  y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;(B)
4  que fue sepultado y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;
4 que fue sepultado, que resucitó al tercer día según las Escrituras,
4 fue sepultado y, después de tres días, Dios lo resucitó.
5  y que apareció a Cefas,(C) y después a los doce.(D)
5  que se apareció a Cefas y después a los doce;
5 y que se apareció a Cefas, y luego a los doce.
5 Primero se le apareció a Pedro, y después a los doce apóstoles.
6  Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen.
6  luego se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, la mayoría de los cuales viven aún, pero algunos ya duermen;
6 Después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, la mayoría de los cuales vive todavía, aunque algunos han muerto.
6 Luego se les apareció a más de quinientos de sus seguidores a la vez. Algunos de ellos todavía viven, y otros ya murieron.
7  Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles;
7  después se apareció a Jacobo, luego a todos los apóstoles,
7 Luego se apareció a Jacobo, más tarde a todos los apóstoles,
7 Más tarde se apareció a Santiago, y luego a todos los apóstoles.
8  y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí.(E)
8  y al último de todos, como a uno nacido fuera de tiempo, se me apareció también a mí.
8 y por último, como a uno nacido fuera de tiempo, se me apareció también a mí.
8 Por último, se me apareció a mí; a pesar de que lo conocí mucho tiempo después que los otros apóstoles. Por eso me considero
9  Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios.(F)
9  Porque yo soy el más insignificante de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, pues perseguí a la iglesia de Dios.
9 Admito que yo soy el más insignificante de los apóstoles y que ni siquiera merezco ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios.
9 el menos importante de los apóstoles, y ni siquiera merezco que la gente me llame así, pues le hice mucho daño a la iglesia de Dios.
10  Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.
10  Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no resultó vana; antes bien he trabajado mucho más que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Dios en mí.
10 Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y la gracia que él me concedió no fue infructuosa. Al contrario, he trabajado con más tesón que todos ellos, aunque no yo sino la gracia de Dios que está conmigo.
10 Sin embargo, Dios fue bueno conmigo, y por eso soy apóstol. No desprecié el poder especial que me dio, y trabajé más que los otros apóstoles; aunque en realidad todo lo hice gracias a ese poder especial de Dios.
11  Porque o sea yo o sean ellos, así predicamos, y así habéis creído.
11  Sin embargo, haya sido yo o ellos, así predicamos y así creísteis.
11 En fin, ya sea que se trate de mí o de ellos, esto es lo que predicamos, y esto es lo que ustedes han creído.
11 Pero ni yo ni los otros apóstoles importamos. Lo que sí importa es que todos nosotros hemos anunciado esa buena noticia, y que ustedes han creído en ella.
12  Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos?
12  Ahora bien, si se predica que Cristo ha resucitado de entre los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos?
12
La resurrección de los muertos
Ahora bien, si se predica que Cristo ha sido levantado de entre los muertos, ¿cómo dicen algunos de ustedes que no hay resurrección?
12 La buena noticia que anunciamos es que Dios resucitó a Cristo. Pero entonces, ¿cómo es que algunos de ustedes dicen que los muertos no resucitan?
13  Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó.
13  Y si no hay resurrección de muertos, entonces ni siquiera Cristo ha resucitado;
13 Si no hay resurrección, entonces ni siquiera Cristo ha resucitado.
13 Porque, si los muertos no resucitan, entonces Cristo tampoco resucitó.
14  Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.
14  y si Cristo no ha resucitado, vana es entonces nuestra predicación, y vana también vuestra fe.
14 Y si Cristo no ha resucitado, nuestra predicación no sirve para nada, como tampoco la fe de ustedes.
14 Y si Cristo no resucitó, esta buena noticia que anunciamos no sirve para nada, y de nada sirve tampoco que ustedes crean en Cristo.
15  Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan.
15  Aún más, somos hallados testigos falsos de Dios, porque hemos testificado contra Dios que El resucitó a Cristo, a quien no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan.
15 Aún más, resultaríamos falsos testigos de Dios por haber testificado que Dios resucitó a Cristo, lo cual no habría sucedido, si en verdad los muertos no resucitan.
15 Si fuera cierto que los muertos no resucitan, nosotros estaríamos diciendo una mentira acerca de Dios, pues afirmamos que él resucitó a Cristo.
16  Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó;
16  Pues si los muertos no resucitan, entonces ni siquiera Cristo ha resucitado;
16 Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo ha resucitado.
16 Si en realidad los muertos no resucitan, entonces tampoco Cristo resucitó.
17  y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados.
17  y si Cristo no ha resucitado, vuestra fe es falsa; todavía estáis en vuestros pecados.
17 Y si Cristo no ha resucitado, la fe de ustedes es ilusoria y todavía están en sus pecados.
17 Y si Cristo no resucitó, de nada sirve que ustedes crean en él, pues sus pecados aún no habrán sido perdonados.
18  Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron.
18  Entonces también los que han dormido en Cristo han perecido.
18 En este caso, también están perdidos los que murieron en Cristo.
18 Y los que antes creyeron en Cristo y murieron, están totalmente perdidos.
19  Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres.
19  Si hemos esperado en Cristo para esta vida solamente, somos, de todos los hombres, los más dignos de lástima.
19 Si la esperanza que tenemos en Cristo fuera sólo para esta vida, seríamos los más desdichados de todos los mortales.
19 Si nuestra esperanza es que Cristo nos ayude solamente en esta vida, no hay nadie más digno de lástima que nosotros.
20  Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.
20  Mas ahora Cristo ha resucitado de entre los muertos, primicias de los que durmieron.
20 Lo cierto es que Cristo ha sido levantado de entre los muertos, como primicias de los que murieron.
20 Sin embargo, ¡Cristo resucitó! Esto nos enseña que también resucitarán los que murieron.
21  Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos.
21  Porque ya que la muerte entró por un hombre, también por un hombre vino la resurrección de los muertos.
21 De hecho, ya que la muerte vino por medio de un hombre, también por medio de un hombre viene la resurrección de los muertos.
21 Por el pecado de Adán todos fuimos castigados con la muerte; pero, gracias a Cristo, ahora podemos volver a vivir.
22  Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.
22  Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.
22 Pues así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos volverán a vivir,

23  Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.
23  Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo en su venida;
23 pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; después, cuando él venga, los que le pertenecen.
23 Cada uno resucitará a su debido tiempo: primero Cristo; después, cuando él vuelva, resucitarán los que creyeron en él.
24  Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia.
24  entonces vendrá el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, después que haya abolido todo dominio y toda autoridad y poder.
24 Entonces vendrá el fin, cuando él entregue el reino a Dios el Padre, luego de destruir todo dominio, autoridad y poder.
24 Luego vendrá el fin del mundo, cuando Cristo derrotará a todas las autoridades y a todos los poderes, y le entregará el reinado a Dios el Padre.
25  Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies.(G)
25  Pues El debe reinar hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies.
25 Porque es necesario que Cristo reine hasta poner a todos sus enemigos debajo de sus pies.
25 Cristo reinará hasta que haya vencido a todos sus enemigos.
26  Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte.
26  Y el último enemigo que será abolido es la muerte.
26 El último enemigo que será destruido es la muerte,
26 El último enemigo que Cristo vencerá es la muerte.
27  Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies.(H) Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas.
27  Porque EL HA PUESTO TODO EN SUJECION BAJO SUS PIES. Pero cuando dice que todas las cosas le están sujetas, es evidente que se exceptúa a aquel que ha sometido a El todas las cosas.
27 pues Dios «ha sometido todo a su dominio».[b] Al decir que «todo» ha quedado sometido a su dominio, es claro que no se incluye a Dios mismo, quien todo lo sometió a Cristo.
27 Cuando la Biblia dice: «Dios puso todo bajo su dominio», la palabra «todo» no incluye a Dios, porque es Dios quien puso todo bajo la autoridad de Cristo.
28  Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.
28  Y cuando todo haya sido sometido a El, entonces también el Hijo mismo se sujetará a aquel que sujetó a El todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.
28 Y cuando todo le sea sometido, entonces el Hijo mismo se someterá a aquel que le sometió todo, para que Dios sea todo en todos.
28 Y cuando todo esté bajo el dominio del Hijo, él mismo se pondrá bajo la autoridad de Dios. Así, Dios estará sobre todas las cosas, pues él es quien puso todo bajo el dominio de Cristo.
29  De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si en ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué, pues, se bautizan por los muertos?
29  De no ser así, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos? Si de ninguna manera los muertos resucitan, ¿por qué, entonces, se bautizan por ellos?
29 Si no hay resurrección, ¿qué sacan los que se bautizan por los muertos? Si en definitiva los muertos no resucitan, ¿por qué se bautizan por ellos?
29 Algunos se bautizan en lugar de alguien que ya ha muerto, y piensan que así lo salvarán. Pero, si en verdad los muertos no vuelven a vivir, ¿para qué bautizarse?
30  ¿Y por qué nosotros peligramos a toda hora?
30  Y también, ¿por qué estamos en peligro a toda hora?
30 Y nosotros, ¿por qué nos exponemos al peligro a todas horas?
30 ¿Y para qué poner en peligro nuestra vida en todo momento?
31  Os aseguro, hermanos, por la gloria que de vosotros tengo en nuestro Señor Jesucristo, que cada día muero.
31  Os aseguro, hermanos, por la satisfacción que siento por vosotros en Cristo Jesús nuestro Señor, que cada día estoy en peligro de muerte.
31 Que cada día muero, hermanos, es tan cierto como el orgullo que siento por ustedes en Cristo Jesús nuestro Señor.
31 Ustedes bien saben que todos los días estoy en peligro de muerte. Esto es tan cierto como la satisfacción que tengo de que ustedes creen en Cristo.
32  Si como hombre batallé en Efeso contra fieras, ¿qué me aprovecha? Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, porque mañana moriremos.(I)
32  Si por motivos humanos luché contra fieras en Efeso, ¿de qué me aprovecha? Si los muertos no resucitan, COMAMOS Y BEBAMOS, QUE MAÑANA MORIREMOS.
32 ¿Qué he ganado si, sólo por motivos humanos, en Éfeso luché contra las fieras? Si los muertos no resucitan, «comamos y bebamos, que mañana moriremos».[c]
32 En Éfeso luché con hombres que parecían fieras salvajes. Pero, si es verdad que los muertos no vuelven a vivir, entonces ¿qué gané con eso? Mejor hagamos lo que algunos dicen: «Comamos y bebamos, que mañana moriremos.»
33  No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.
33  No os dejéis engañar: Las malas compañías corrompen las buenas costumbres.
33 No se dejen engañar: «Las malas compañías corrompen las buenas costumbres.»
33 ¡No se dejen engañar! Bien dice el dicho, que «Las malas amistades echan a perder las buenas costumbres.»
34  Velad debidamente, y no pequéis; porque algunos no conocen a Dios; para vergüenza vuestra lo digo.
34  Sed sobrios, como conviene, y dejad de pecar; porque algunos no tienen conocimiento de Dios. Para vergüenza vuestra lo digo.
34 Vuelvan a su sano juicio, como conviene, y dejen de pecar. En efecto, hay algunos de ustedes que no tienen conocimiento de Dios; para vergüenza de ustedes lo digo.
34 Piensen bien lo que hacen, y no sigan desobedeciendo a Dios. Algunos de ustedes deberían sentir vergüenza de no conocerlo.
35  Pero dirá alguno: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán?
35  Pero alguno dirá: ¿Cómo resucitan los muertos? ¿Y con qué clase de cuerpo vienen?
35
El cuerpo resucitado
Tal vez alguien pregunte: «¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué clase de cuerpo vendrán?»
35 Tal vez alguien me pregunte: ¿Y cómo volverán los muertos a la vida? ¿Qué clase de cuerpo tendrán?
36  Necio, lo que tú siembras no se vivifica, si no muere antes.
36  ¡Necio! Lo que tú siembras no llega a tener vida si antes no muere;
36 ¡Qué tontería! Lo que tú siembras no cobra vida a menos que muera.
36 ¡Qué preguntas más tontas! Para que una planta crezca, primero tiene que morir la semilla que fue sembrada.
37  Y lo que siembras no es el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, ya sea de trigo o de otro grano;
37  y lo que siembras, no siembras el cuerpo que nacerá, sino grano desnudo, quizás de trigo o de alguna otra especie.
37 No plantas el cuerpo que luego ha de nacer sino que siembras una simple semilla de trigo o de otro grano.
37 Lo que se siembra es una simple semilla de trigo, o de alguna otra cosa, muy distinta de la planta que va a nacer.
38  pero Dios le da el cuerpo como él quiso, y a cada semilla su propio cuerpo.
38  Pero Dios le da un cuerpo como El quiso, y a cada semilla su propio cuerpo.
38 Pero Dios le da el cuerpo que quiso darle, y a cada clase de semilla le da un cuerpo propio.
38 A cada semilla Dios le da el cuerpo que él quiere darle.
39  No toda carne es la misma carne, sino que una carne es la de los hombres, otra carne la de las bestias, otra la de los peces, y otra la de las aves.
39  No toda carne es la misma carne, sino que una es la de los hombres, otra la de las bestias, otra la de las aves y otra la de los peces.
39 No todos los cuerpos son iguales: hay cuerpos humanos; también los hay de animales terrestres, de aves y de peces.
39 No todos los cuerpos son iguales. Los seres humanos tenemos una clase de cuerpo, y los animales tienen otra clase. Lo mismo pasa con los pájaros y los peces.
40  Y hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrenales; pero una es la gloria de los celestiales, y otra la de los terrenales.
40  Hay, asimismo, cuerpos celestiales y cuerpos terrestres, pero la gloria del celestial es una, y la del terrestre es otra.
40 Así mismo hay cuerpos celestes y cuerpos terrestres; pero el esplendor de los cuerpos celestes es uno, y el de los cuerpos terrestres es otro.
40 Hay también cuerpos que viven en el cielo, y cuerpos que viven en la tierra. La belleza de los cuerpos del cielo no es como la de los cuerpos de la tierra.
41  Una es la gloria del sol, otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas, pues una estrella es diferente de otra en gloria.
41  Hay una gloria del sol, y otra gloria de la luna, y otra gloria de las estrellas; pues una estrella es distinta de otra estrella en gloria.
41 Uno es el esplendor del sol, otro el de la luna y otro el de las estrellas. Cada estrella tiene su propio brillo.
41 El brillo del sol no es como el de la luna y las estrellas, y aun cada una de las estrellas tiene un brillo distinto.
42  Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción.
42  Así es también la resurrección de los muertos. Se siembra un cuerpo corruptible, se resucita un cuerpo incorruptible;
42 Así sucederá también con la resurrección de los muertos. Lo que se siembra en corrupción, resucita en incorrupción;
42 Así pasará cuando los muertos vuelvan a la vida.
43  Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder.
43  se siembra en deshonra, se resucita en gloria; se siembra en debilidad, se resucita en poder;
43 lo que se siembra en oprobio, resucita en gloria; lo que se siembra en debilidad, resucita en poder;
43 Cuando alguien muere, se entierra su cuerpo, y ese cuerpo se vuelve feo y débil. Pero cuando esa persona vuelva a la vida, su cuerpo será hermoso y fuerte, y no volverá a morir.
44  Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual.
44  se siembra un cuerpo natural, se resucita un cuerpo espiritual. Si hay un cuerpo natural, hay también un cuerpo espiritual.
44 se siembra un cuerpo natural,[d] resucita un cuerpo espiritual. Si hay un cuerpo natural, también hay un cuerpo espiritual.
44 Se entierra el cuerpo físico, pero resucita un cuerpo espiritual. Así como hay cuerpos físicos, hay también cuerpos espirituales.
45  Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente;(J) el postrer Adán, espíritu vivificante.
45  Así también está escrito: El primer HOMBRE, Adán, FUE HECHO ALMA VIVIENTE. El último Adán, espíritu que da vida.
45 Así está escrito: «El primer hombre, Adán, se convirtió en un ser viviente»;[e] el último Adán, en el Espíritu que da vida.
45 La Biblia dice que Dios hizo a Adán, y que Adán fue el primer hombre con vida. Pero Cristo, a quien podemos llamar el último Adán, es un espíritu que da vida.
46  Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual.
46  Sin embargo, el espiritual no es primero, sino el natural; luego el espiritual.
46 No vino primero lo espiritual sino lo natural, y después lo espiritual.
46 Así que primero llegó a existir lo físico, y luego lo espiritual.
47  El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.
47  El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre es del cielo.
47 El primer hombre era del polvo de la tierra; el segundo hombre, del cielo.
47 El primer hombre fue hecho del polvo de la tierra. El segundo hombre vino del cielo.
48  Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales.
48  Como es el terrenal, así son también los que son terrenales; y como es el celestial, así son también los que son celestiales.
48 Como es aquel hombre terrenal, así son también los de la tierra; y como es el celestial, así son también los del cielo.
48 Todos los que vivimos en esta tierra tenemos un cuerpo como el de Adán, que fue hecho de tierra. Todos los que viven en el cielo tienen un cuerpo como el de Cristo.
49  Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.
49  Y tal como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.
49 Y así como hemos llevado la imagen de aquel hombre terrenal, llevaremos[f] también la imagen del celestial.
49 Y así como nos parecemos al primer hombre, que fue sacado de la tierra, así también nos pareceremos a Cristo, que es del cielo.
50  Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción.
50  Y esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios; ni lo que se corrompe hereda lo incorruptible.
50 Les declaro, hermanos, que el cuerpo mortal[g] no puede heredar el reino de Dios, ni lo corruptible puede heredar lo incorruptible.
50 Hermanos míos, lo que es de sangre y carne no tiene cabida en el reino de Dios, que es eterno.
51  He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados,
51  He aquí, os digo un misterio: no todos dormiremos, pero todos seremos transformados
51 Fíjense bien en el misterio que les voy a revelar: No todos moriremos, pero todos seremos transformados,
51 Les voy a contar algo que Dios tenía en secreto: No todos moriremos, pero todos seremos transformados.
52  en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.(K)
52  en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la trompeta final; pues la trompeta sonará y los muertos resucitarán incorruptibles, y nosotros seremos transformados.
52 en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, al toque final de la trompeta. Pues sonará la trompeta y los muertos resucitarán con un cuerpo incorruptible, y nosotros seremos transformados.
52 En un abrir y cerrar de ojos, cuando Cristo vuelva, se oirá el último toque de la trompeta, y los muertos volverán a vivir para no morir jamás. Y nosotros seremos transformados.
53  Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.
53  Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.
53 Porque lo corruptible tiene que revestirse de lo incorruptible, y lo mortal, de inmortalidad.
53 Dios cambiará estos cuerpos nuestros, que mueren y se destruyen, por cuerpos que vivirán para siempre y que nunca serán destruidos.
54  Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.(L)
54  Pero cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: DEVORADA HA SIDO LA MUERTE en victoria.
54 Cuando lo corruptible se revista de lo incorruptible, y lo mortal, de inmortalidad, entonces se cumplirá lo que está escrito: «La muerte ha sido devorada por la victoria.»[h]
54 Cuando esto suceda, se cumplirá lo que dice la Biblia: «¡La muerte ha sido destruida!
55  ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?(M)
55  ¿DONDE ESTA, OH MUERTE, TU VICTORIA? ¿DONDE, OH SEPULCRO, TU AGUIJON?
55 «¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?»[i]
55 ¿Dónde está ahora su victoria? ¿Dónde está su poder para herirnos?»
56  ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley.
56  El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley;
56 El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley.
56 El pecado produce la muerte, y existe porque hay una ley.
57  Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
57  pero a Dios gracias, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
57 ¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!
57 ¡Pero gracias a Dios, podemos vencerlo por medio de nuestro Señor Jesucristo!
58  Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.
58  Por tanto, mis amados hermanos, estad firmes, constantes, abundando siempre en la obra del Señor, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.
58 Por lo tanto, mis queridos hermanos, manténganse firmes e inconmovibles, progresando siempre en la obra del Señor, conscientes de que su trabajo en el Señor no es en vano.

58 Por eso, mis queridos hermanos, manténganse firmes, y nunca dejen de trabajar más y más por el Señor Jesús. Y sepan que nada de lo que hacen para Dios es inútil.