RV60a
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LBLA
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NVI
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TLA
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1
Problemas
del matrimonio
En
cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno le sería al hombre no tocar
mujer;
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1 En cuanto a las cosas de que me
escribisteis, bueno es para el hombre no tocar mujer.
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1
Consejos
matrimoniales
Paso ahora a los asuntos que me plantearon por
escrito: «Es mejor no tener relaciones sexuales.»[a]
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1 En la carta
que recibí de ustedes me preguntaban si está bien que la gente no se case.
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2 pero a causa de las fornicaciones, cada uno
tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido.
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2 No obstante, por razón de las
inmoralidades, que cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio
marido.
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2 Pero en
vista de tanta inmoralidad, cada hombre debe tener su propia esposa, y cada
mujer su propio esposo.
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2 Claro que
está bien. Pero es mejor que cada hombre tenga su propia esposa, y que cada
mujer tenga su propio esposo, para que no caigan en relaciones sexuales
prohibidas.
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3 El marido cumpla con la mujer el deber
conyugal, y asimismo la mujer con el marido.
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3 Que el marido cumpla su deber para con su
mujer, e igualmente la mujer lo cumpla
con el marido.
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3 El hombre
debe cumplir su deber conyugal con su esposa, e igualmente la mujer con su
esposo.
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3 El esposo
debe tener relaciones sexuales sólo con su esposa, y la esposa debe tenerlas
sólo con su esposo.
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4 La mujer no tiene potestad sobre su propio
cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio
cuerpo, sino la mujer.
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4 La mujer no tiene autoridad sobre su propio
cuerpo, sino el marido. Y asimismo el marido no tiene autoridad sobre su
propio cuerpo, sino la mujer.
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4 La mujer ya
no tiene derecho sobre su propio cuerpo, sino su esposo. Tampoco el hombre
tiene derecho sobre su propio cuerpo, sino su esposa.
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4 Ni él ni
ella son dueños de su propio cuerpo, sino que son el uno para el otro.
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5 No os neguéis el uno al otro, a no ser por
algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la
oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de
vuestra incontinencia.
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5 No os privéis el uno del otro, excepto de
común acuerdo y por cierto tiempo,
para dedicaros a la oración; volved después a juntaros a fin de que Satanás
no os tiente por causa de vuestra falta de dominio propio.
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5 No se
nieguen el uno al otro, a no ser de común acuerdo, y sólo por un tiempo, para
dedicarse a la oración. No tarden en volver a unirse nuevamente; de lo
contrario, pueden caer en tentación de Satanás, por falta de dominio propio.
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5 Por eso,
ninguno de los dos debe decirle al otro que no desea tener relaciones
sexuales. Sin embargo, pueden ponerse de acuerdo los dos y dejar de tener
relaciones por un tiempo, para dedicarse a orar. Pero después deben volver a
tener relaciones; no vaya a ser que, al no poder controlar sus deseos,
Satanás los haga caer en una trampa.
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6 Mas esto digo por vía de concesión, no por
mandamiento.
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6 Mas esto digo por vía de concesión, no como
una orden.
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6 Ahora bien,
esto lo digo como una concesión y no como una orden.
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6 Por
supuesto, les estoy dando un consejo, no una orden.
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7 Quisiera más bien que todos los hombres
fuesen como yo; pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de
un modo, y otro de otro.
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7 Sin embargo, yo desearía que todos los
hombres fueran como yo. No obstante, cada cual ha recibido de Dios su propio
don, uno de esta manera y otro de aquélla.
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7 En
realidad, preferiría que todos fueran como yo. No obstante, cada uno tiene de
Dios su propio don: éste posee uno; aquél, otro.
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7 Yo
preferiría que tanto los solteros como las viudas se quedaran sin casarse;
pero a cada uno Dios le ha dado capacidades distintas. Unos hacen esto, y
otros aquello.
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8 Digo, pues, a los solteros y a las viudas,
que bueno les fuera quedarse como yo;
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8 A los solteros y a las viudas digo que es
bueno para ellos si se quedan como yo.
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8 A los
solteros y a las viudas les digo que sería mejor que se quedaran como yo.
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9 pero si no tienen don de continencia,
cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando.
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9 Pero si carecen de dominio propio, cásense;
que mejor es casarse que quemarse.
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9 Pero si no
pueden dominarse, que se casen, porque es preferible casarse que quemarse de
pasión.
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9 Pero si no
pueden dominar sus deseos sexuales, es mejor que se casen. Como dice el
dicho: «Vale más casarse que quemarse».
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10 Pero a los que están unidos en matrimonio,
mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido;
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10 A los casados instruyo, no yo, sino el
Señor: que la mujer no debe dejar al marido
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10 A los
casados les doy la siguiente orden (no yo sino el Señor): que la mujer no se
separe de su esposo.
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10 A los
que están casados, Dios les da esta orden: No deben separarse. Si una mujer
se separa de su esposo, no debe volver a casarse. Lo mejor sería que
arreglara el problema que tenga con su esposo. Pero tampoco el esposo debe
abandonar a su esposa. Y esto no lo ordeno yo, sino Dios.
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11 y si se separa, quédese sin casar, o
reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer.(A)
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11 (pero si lo deja, quédese sin casar, o de lo contrario que se reconcilie con su
marido), y que el marido no abandone a su mujer.
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11 Sin
embargo, si se separa, que no se vuelva a casar; de lo contrario, que se
reconcilie con su esposo. Así mismo, que el hombre no se divorcie de su
esposa.
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12 Y a los demás yo digo, no el Señor: Si
algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consiente en vivir con
él, no la abandone.
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12 Pero a los demás digo yo, no el Señor, que
si un hermano tiene una mujer que no es creyente, y ella consiente en vivir
con él, no la abandone.
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12 A los
demás les digo yo (no es mandamiento del Señor): Si algún hermano tiene una
esposa que no es creyente, y ella consiente en vivir con él, que no se
divorcie de ella.
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12 A los
demás les aconsejo lo siguiente: Si alguno de la iglesia está casado con una
mujer que no sea cristiana, pero ella quiere seguir viviendo con él, no deben
separarse.
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13 Y si una mujer tiene marido que no sea
creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone.
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13 Y la mujer cuyo marido no es creyente, y él
consiente en vivir con ella, no abandone a su marido.
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13 Y si
una mujer tiene un esposo que no es creyente, y él consiente en vivir con
ella, que no se divorcie de él.
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13 Del
mismo modo, si una mujer de la iglesia está casada con un hombre que no sea
cristiano, pero él quiere seguir viviendo con ella, tampoco deben separarse.
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14 Porque el marido incrédulo es santificado
en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros
hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos.
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14 Porque el marido que no es creyente es
santificado por medio de su mujer; y la mujer que no es creyente es
santificada por medio de su marido creyente; de otra manera vuestros hijos
serían inmundos, mas ahora son santos.
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14
Porque el esposo no creyente ha sido santificado por la unión con su esposa,
y la esposa no creyente ha sido santificada por la unión con su esposo
creyente. Si así no fuera, sus hijos serían impuros, mientras que, de hecho,
son santos.
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14
Porque el esposo que no cree en Cristo puede ser aceptado por Dios, si está
unido a una mujer cristiana. Del mismo modo, una esposa que no cree en Cristo
puede ser aceptada por Dios, si está unida a un hombre que sí cree en Cristo.
Además, los hijos de ellos serán aceptados por Dios como parte de su pueblo,
y Dios no los rechazará como si fueran algo sucio.
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15 Pero si el incrédulo se separa, sepárese;
pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso,
sino que a paz nos llamó Dios.
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15 Sin embargo, si el que no es creyente se
separa, que se separe; en tales casos
el hermano o la hermana no están obligados, sino que Dios nos ha llamado para vivir en paz.
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15 Sin
embargo, si el cónyuge no creyente decide separarse, no se lo impidan. En
tales circunstancias, el cónyuge creyente queda sin obligación; Dios nos ha
llamado a vivir en paz.
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15 Pero
si el esposo o la esposa no cristianos insisten en separarse, que lo hagan.
En tales casos, la esposa o el esposo cristianos no están obligados a
mantener ese matrimonio, pues Dios quiere que vivamos en paz.
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16 Porque ¿qué sabes tú, oh mujer, si quizá
harás salvo a tu marido? ¿O qué sabes tú, oh marido, si quizá harás salva a
tu mujer?
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16 Pues ¿cómo sabes tú, mujer, si salvarás a
tu marido? ¿O cómo sabes tú, marido, si salvarás a tu mujer?
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16 ¿Cómo
sabes tú, mujer, si acaso salvarás a tu esposo? ¿O cómo sabes tú, hombre, si
acaso salvarás a tu esposa?
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16 Por
otra parte, la esposa o el esposo que son cristianos podrían ayudar a que el
esposo o la esposa que no son cristianos se salven.
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17 Pero cada uno como el Señor le repartió, y
como Dios llamó a cada uno, así haga; esto ordeno en todas las iglesias.
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17 Fuera de esto, según el Señor ha asignado a
cada uno, según Dios llamó a cada cual, así ande. Y esto ordeno en todas las
iglesias.
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17 En
cualquier caso, cada uno debe vivir conforme a la condición que el Señor le
asignó y a la cual Dios lo ha llamado. Ésta es la norma que establezco en
todas las iglesias.
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17 Una
cosa quiero dejar bien clara para todas las iglesias: Todos los hombres y
todas las mujeres deben permanecer en la condición en que estaban cuando Dios
los invitó a formar parte de su pueblo.
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18 ¿Fue llamado alguno siendo circunciso?
Quédese circunciso. ¿Fue llamado alguno siendo incircunciso? No se
circuncide.
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18 ¿Fue llamado alguno ya circuncidado? Quédese circuncidado. ¿Fue
llamado alguno estando incircuncidado? No se circuncide.
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18 ¿Fue
llamado alguno estando ya circuncidado? Que no disimule su condición. ¿Fue
llamado alguno sin estar circuncidado? Que no se circuncide.
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18 Si
algunos de ustedes creyeron en Cristo después de haberse circuncidado, no
traten de ocultar la circuncisión. Si los otros creyeron sin estar
circuncidados, no tienen por qué circuncidarse.
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19 La circuncisión nada es, y la
incircuncisión nada es, sino el guardar los mandamientos de Dios.
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19 La circuncisión nada es, y nada es la
incircuncisión, sino el guardar los mandamientos de Dios.
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19 Para
nada cuenta estar o no estar circuncidado; lo que importa es cumplir los
mandatos de Dios.
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19 Lo
importante no es que uno se circuncide o no, sino que obedezca lo que Dios
manda.
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20 Cada uno en el estado en que fue llamado,
en él se quede.
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20 Cada uno permanezca en la condición en que
fue llamado.
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20 Que
cada uno permanezca en la condición en que estaba cuando Dios lo llamó.
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20 Cada
uno debe quedarse como estaba cuando creyó en Cristo.
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21 ¿Fuiste llamado siendo esclavo? No te dé
cuidado; pero también, si puedes hacerte libre, procúralo más.
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21 ¿Fuiste llamado siendo esclavo? No te
preocupes; aunque si puedes obtener tu libertad, prefiérelo.
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21 ¿Eras
esclavo cuando fuiste llamado? No te preocupes, aunque si tienes la
oportunidad de conseguir tu libertad, aprovéchala.
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21 Si
eras esclavo, no te preocupes. Pero si puedes conseguir tu libertad,
aprovecha la oportunidad.
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22 Porque el que en el Señor fue llamado
siendo esclavo, liberto es del Señor; asimismo el que fue llamado siendo
libre, esclavo es de Cristo.
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22 Porque el que fue llamado por el Señor
siendo esclavo, liberto es del Señor; de la misma manera, el que fue llamado
siendo libre, esclavo es de Cristo.
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22
Porque el que era esclavo cuando el Señor lo llamó es un liberto del Señor;
del mismo modo, el que era libre cuando fue llamado es un esclavo de Cristo.
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22
Porque si alguien es esclavo y cree en el Señor Jesús, él le dará la
libertad. Del mismo modo, el que era libre se convierte en esclavo del Señor.
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23 Por precio fuisteis comprados; no os hagáis
esclavos de los hombres.
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23 Comprados fuisteis por precio; no os hagáis
esclavos de los hombres.
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23
Ustedes fueron comprados por un precio; no se vuelvan esclavos de nadie.
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23
Cuando Dios nos hizo libres por medio de la muerte de Cristo, pagó un precio
muy alto. Por eso, no debemos hacernos esclavos de nadie.
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24 Cada uno, hermanos, en el estado en que fue
llamado, así permanezca para con Dios.
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24 Hermanos, cada uno permanezca con Dios en
la condición en que fue llamado.
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24
Hermanos, cada uno permanezca ante Dios en la condición en que estaba cuando
Dios lo llamó.
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24 Ante
Dios, cada uno debe quedarse como estaba cuando creyó en Cristo.
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25 En cuanto a las vírgenes no tengo
mandamiento del Señor; mas doy mi parecer, como quien ha alcanzado
misericordia del Señor para ser fiel.
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25 En cuanto a las doncellas no tengo
mandamiento del Señor, pero doy mi opinión como el que habiendo recibido la
misericordia del Señor es digno de confianza.
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25 En
cuanto a las personas solteras,[b]
no tengo ningún mandato del Señor, pero doy mi opinión como quien por la
misericordia del Señor es digno de confianza.
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25 Para
las viudas y las solteras, no tengo ninguna orden del Señor. Sólo les doy mi
opinión, y pueden confiar en mí, gracias al amor con que Dios me ha tratado.
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26 Tengo, pues, esto por bueno a causa de la
necesidad que apremia; que hará bien el hombre en quedarse como está.
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26 Creo, pues, que esto es bueno en vista de
la presente aflicción; es decir, que
es bueno que el hombre se quede como está.
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26
Pienso que, a causa de la crisis actual, es bueno que cada persona se quede
como está.
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26 Me
parece que los que están casados no deben separarse, y que si están solteros
no deben casarse. Estamos viviendo momentos difíciles. Por eso creo que es
mejor que cada uno se quede como está.
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27 ¿Estás ligado a mujer? No procures
soltarte. ¿Estás libre de mujer? No procures casarte.
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27 ¿Estás unido a mujer? No procures
separarte. ¿Estás libre de mujer? No busques mujer.
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27
¿Estás casado? No procures divorciarte. ¿Estás soltero? No busques esposa.
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28 Mas también si te casas, no pecas; y si la
doncella se casa, no peca; pero los tales tendrán aflicción de la carne, y yo
os la quisiera evitar.
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28 Pero si te casas, no has pecado; y si una
doncella se casa, no ha pecado. Sin embargo, ellos tendrán problemas en esta
vida, y yo os los quiero evitar.
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28 Pero
si te casas, no pecas; y si una joven[c]
se casa, tampoco comete pecado. Sin embargo, los que se casan tendrán que
pasar por muchos aprietos,[d]
y yo quiero evitárselos.
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28 Sin
embargo, quien se casa no comete ningún pecado. Y si una mujer soltera se
casa, tampoco peca. Pero los casados van a tener problemas, y me gustaría
evitárselos.
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29 Pero esto digo, hermanos: que el tiempo es
corto; resta, pues, que los que tienen esposa sean como si no la tuviesen;
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29 Mas esto digo, hermanos: el tiempo ha sido
acortado; de modo que de ahora en adelante los que tienen mujer sean como si
no la tuvieran;
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29 Lo
que quiero decir, hermanos, es que nos queda poco tiempo. De aquí en adelante
los que tienen esposa deben vivir como si no la tuvieran;
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29 Lo
que quiero decirles es que ya no hay tiempo que perder. Los que están casados
deben vivir como si no lo estuvieran;
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30 y los que lloran, como si no llorasen; y
los que se alegran, como si no se alegrasen; y los que compran, como si no
poseyesen;
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30 y los que lloran, como si no lloraran; y
los que se regocijan, como si no se regocijaran; y los que compran, como si
no tuvieran nada;
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30 los
que lloran, como si no lloraran; los que se alegran, como si no se alegraran;
los que compran algo, como si no lo poseyeran;
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30 los
que están tristes, como si estuvieran alegres; los que están alegres, como si
estuvieran tristes; los que compran, como si no tuvieran nada;
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31 y los que disfrutan de este mundo, como si
no lo disfrutasen; porque la apariencia de este mundo se pasa.
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31 y los que aprovechan el mundo, como si no lo aprovecharan plenamente; porque la
apariencia de este mundo es pasajera.
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31 los
que disfrutan de las cosas de este mundo, como si no disfrutaran de ellas;
porque este mundo, en su forma actual, está por desaparecer.
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31 los
que están sacándole provecho a este mundo, como si no se lo sacaran. Porque
este mundo que conocemos pronto dejará de existir.
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32 Quisiera, pues, que estuvieseis sin
congoja. El soltero tiene cuidado de las cosas del Señor, de cómo agradar al
Señor;
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32 Mas quiero que estéis libres de
preocupación. El soltero se preocupa por las cosas del Señor, cómo puede
agradar al Señor;
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32 Yo
preferiría que estuvieran libres de preocupaciones. El soltero se preocupa de
las cosas del Señor y de cómo agradarlo.
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32 Yo
quisiera no verlos preocupados. Los solteros se preocupan de las cosas de
Dios y de cómo agradarle. También las viudas y las solteras se preocupan por
agradar a Dios en todo lo que hacen y piensan. En cambio, los casados se
preocupan por las cosas de este mundo y por agradar a su propia esposa. Del
mismo modo, las casadas se preocupan por las cosas de este mundo y por
agradar a su propio esposo. Por eso tienen que pensar en distintas cosas a la
vez.
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33 pero el casado tiene cuidado de las cosas
del mundo, de cómo agradar a su mujer.
|
33 pero el casado se preocupa por las cosas
del mundo, de cómo agradar a su mujer,
|
33 Pero
el casado se preocupa de las cosas de este mundo y de cómo agradar a su
esposa;
|
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34 Hay asimismo diferencia entre la casada y
la doncella. La doncella tiene cuidado de las cosas del Señor, para ser santa
así en cuerpo como en espíritu; pero la casada tiene cuidado de las cosas del
mundo, de cómo agradar a su marido.
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34 y sus intereses
están divididos. Y la mujer que no está casada y la doncella se preocupan por
las cosas del Señor, para ser santas tanto en cuerpo como en espíritu; pero
la casada se preocupa por las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido.
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34 sus
intereses están divididos. La mujer no casada, lo mismo que la joven soltera,[e] se preocupa[f] de las cosas del Señor; se afana por
consagrarse al Señor tanto en cuerpo como en espíritu. Pero la casada se
preocupa de las cosas de este mundo y de cómo agradar a su esposo.
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35 Esto lo digo para vuestro provecho; no para
tenderos lazo, sino para lo honesto y decente, y para que sin impedimento os
acerquéis al Señor.
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35 Y esto digo para vuestro propio beneficio;
no para poneros restricción, sino para promover
lo que es honesto y para asegurar vuestra
constante devoción al Señor.
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35 Les
digo esto por su propio bien, no para ponerles restricciones sino para que
vivan con decoro y plenamente dedicados al Señor.
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35 No
les digo todo esto para complicarles la vida, sino para ayudarlos a vivir
correctamente y para que amen a Dios por encima de todo.
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36 Pero si alguno piensa que es impropio para
su hija virgen que pase ya de edad, y es necesario que así sea, haga lo que
quiera, no peca; que se case.
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36 Pero si alguno cree que no está obrando
correctamente con respecto a su hija
virgen, si ella es de edad madura, y si es necesario que así se haga, que
haga lo que quiera, no peca; que se case.
|
36 Si
alguno piensa que no está tratando a su prometida[g] como es debido, y ella ha llegado ya
a su madurez, por lo cual él se siente obligado a casarse, que lo haga. Con
eso no peca; que se casen.
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36 Sin
embargo, si un hombre está comprometido con su novia, y piensa que lo mejor
es casarse con ella porque ya tiene edad para hacerlo, que se casen, pues no
están pecando.
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37 Pero el que está firme en su corazón, sin
tener necesidad, sino que es dueño de su propia voluntad, y ha resuelto en su
corazón guardar a su hija virgen, bien hace.
|
37 Pero el que está firme en su corazón, y sin
presión alguna, y tiene control sobre su propia voluntad, y ha decidido en su
corazón conservar soltera a su hija,
bien hará.
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37 Pero
el que se mantiene firme en su propósito, y no está dominado por sus impulsos
sino que domina su propia voluntad, y ha resuelto no casarse con su
prometida, también hace bien.
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37 Pero
si alguno no se siente obligado a casarse y puede controlar sus deseos, hará
bien en no casarse.
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38 De manera que el que la da en casamiento
hace bien, y el que no la da en casamiento hace mejor.
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38 Así los dos, el que da en matrimonio a su hija virgen, hace bien; y el que no la da en
matrimonio, hace mejor.
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38 De
modo que el que se casa con su prometida hace bien, pero el que no se casa
hace mejor.[h]
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38 Así
que, quien se casa hace bien, y quien no se casa, hace mejor.
|
39 La mujer casada está ligada por la ley
mientras su marido vive; pero si su marido muriere, libre es para casarse con
quien quiera, con tal que sea en el Señor.
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39 La mujer está ligada mientras el marido
vive; pero si el marido muere, está en libertad de casarse con quien desee,
sólo que en el Señor.
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39 La
mujer está ligada a su esposo mientras él vive; pero si el esposo muere, ella
queda libre para casarse con quien quiera, con tal de que sea en el Señor.
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39 La
casada está unida a su esposo mientras el esposo vive. Pero si el esposo
muere, ella queda en libertad de casarse con cualquier hombre, con tal de que
sea cristiano.
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40 Pero a mi juicio, más dichosa será si se
quedare así; y pienso que también yo tengo el Espíritu de Dios.
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40 Pero en mi opinión, será más feliz si se
queda como está; y creo que yo también tengo el Espíritu de Dios.
|
40 En mi
opinión, ella será más feliz si no se casa, y creo que yo también tengo el
Espíritu de Dios.
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40 Sin
embargo, creo que sería más feliz si no volviera a casarse. Me permito
opinar, pues creo que yo también tengo el Espíritu de Dios.
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