RV60a
|
LBLA
|
NVI
|
TLA
|
1
Lo
sacrificado a los ídolos
En
cuanto a lo sacrificado a los ídolos, sabemos que todos tenemos conocimiento.
El conocimiento envanece, pero el amor edifica.
|
1 En cuanto a lo sacrificado a los ídolos,
sabemos que todos tenemos conocimiento. El conocimiento envanece, pero el
amor edifica.
|
1
Lo
sacrificado a los ídolos
En cuanto a lo sacrificado a los ídolos, es
cierto que todos tenemos conocimiento. El conocimiento envanece, mientras que
el amor edifica.
|
1 Ahora
quiero responder a lo que me preguntaron acerca de los alimentos ofrecidos a
los ídolos. Todos nosotros sabemos algo acerca de esto. Sin embargo, debemos
reconocer que el conocimiento nos vuelve orgullosos, mientras que el amor
fortalece nuestra vida cristiana.
|
2 Y si alguno se imagina que sabe algo, aún
no sabe nada como debe saberlo.
|
2 Si alguno cree que sabe algo, no ha
aprendido todavía como debe saber;
|
2 El que cree
que sabe algo, todavía no sabe como debiera saber.
|
2 Sin duda,
el que cree que sabe mucho, en realidad no sabe nada.
|
3 Pero si alguno ama a Dios, es conocido por
él.
|
3 pero si alguno ama a Dios, ése es conocido
por El.
|
3 Pero el que
ama a Dios es conocido por él.
|
3 Pero Dios
reconoce a todo aquel que lo ama.
|
4 Acerca, pues, de las viandas que se
sacrifican a los ídolos, sabemos que un ídolo nada es en el mundo, y que no
hay más que un Dios.
|
4 Por tanto, en cuanto al comer de lo
sacrificado a los ídolos, sabemos que un ídolo no es nada en el mundo, y que
no hay sino un solo Dios.
|
4 De modo
que, en cuanto a comer lo sacrificado a los ídolos, sabemos que un ídolo no
es absolutamente nada, y que hay un solo Dios.
|
4 En cuanto a
esto de comer alimentos ofrecidos a los ídolos, bien sabemos que los ídolos
no tienen vida, y que solamente hay un Dios.
|
5 Pues aunque haya algunos que se llamen
dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos
señores),
|
5 Porque aunque haya algunos llamados dioses, ya sea en el cielo o
en la tierra, como por cierto hay muchos dioses y muchos señores,
|
5 Pues aunque
haya los así llamados dioses, ya sea en el cielo o en la tierra (y por cierto
que hay muchos «dioses» y muchos «señores»),
|
5 Algunos
llaman dioses o señores a muchas cosas que hay en el cielo y en la tierra.
|
6 para nosotros, sin embargo, sólo hay un
Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él;
y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros
por medio de él.
|
6 sin embargo, para nosotros hay un solo Dios, el Padre, de quien proceden
todas las cosas y nosotros somos para El; y un Señor, Jesucristo, por quien
son todas las cosas y por medio del cual existimos
nosotros.
|
6 para
nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre, de quien todo procede y para
el cual vivimos; y no hay más que un solo Señor, es decir, Jesucristo, por
quien todo existe y por medio del cual vivimos.
|
6 Sin
embargo, para nosotros sólo hay un Dios, que es el Padre. Él creó todas las
cosas, y nosotros vivimos para él. También hay sólo un Señor, que es
Jesucristo. Dios creó todo por medio de él, y gracias a él nosotros vivimos
ahora.
|
7 Pero no en todos hay este conocimiento;
porque algunos, habituados hasta aquí a los ídolos, comen como sacrificado a
ídolos, y su conciencia, siendo débil, se contamina.
|
7 Sin embargo, no todos tienen este
conocimiento; sino que algunos, estando acostumbrados al ídolo hasta ahora,
comen alimento como si éste fuera
sacrificado a un ídolo; y su conciencia, siendo débil, se mancha.
|
7 Pero no
todos tienen conocimiento de esto. Algunos siguen tan acostumbrados a los
ídolos, que comen carne a sabiendas de que ha sido sacrificada a un ídolo, y
su conciencia se contamina por ser débil.
|
7 No todos
saben estas cosas. Antes de creer en Cristo, algunos de ustedes adoraban
ídolos, y todavía creen que esos ídolos tienen vida. Por eso, cuando comen
alimentos que fueron ofrecidos a los ídolos, les remuerde la conciencia y se
sienten culpables.
|
8 Si bien la vianda no nos hace más aceptos
ante Dios; pues ni porque comamos, seremos más, ni porque no comamos, seremos
menos.
|
8 Pero la comida no nos recomendará a Dios, pues ni somos menos si no comemos, ni somos más si comemos.
|
8 Pero lo que
comemos no nos acerca a Dios; no somos mejores por comer ni peores por no
comer.
|
8 Pero
nuestra relación con Dios no va a ser mejor o peor por causa de los alimentos
que comamos.
|
9 Pero mirad que esta libertad vuestra no
venga a ser tropezadero para los débiles.
|
9 Mas tened cuidado, no sea que esta vuestra
libertad de alguna manera se convierta en piedra de tropiezo para el débil.
|
9 Sin
embargo, tengan cuidado de que su libertad no se convierta en motivo de
tropiezo para los débiles.
|
9 Sin
embargo, aunque tengamos derecho a comer de todo, debemos tener cuidado de no
causarles problemas a los miembros de la iglesia que todavía no están
debidamente instruidos.
|
10 Porque si alguno te ve a ti, que tienes
conocimiento, sentado a la mesa en un lugar de ídolos, la conciencia de aquel
que es débil, ¿no será estimulada a comer de lo sacrificado a los ídolos?
|
10 Porque si alguno te ve a ti, que tienes
conocimiento, sentado a la mesa en un
templo de ídolos, ¿no será estimulada su conciencia, si él es débil, a comer
lo sacrificado a los ídolos?
|
10
Porque si alguien de conciencia débil te ve a ti, que tienes este
conocimiento, comer en el templo de un ídolo, ¿no se sentirá animado a comer
lo que ha sido sacrificado a los ídolos?
|
10
Supongamos que uno de ustedes va a comer a un lugar donde se adora a los
ídolos, y que lo ve algún miembro de la iglesia que todavía cree que los
ídolos tienen vida. Entonces, aunque bien sabemos que los ídolos no tienen
vida, aquel miembro de la iglesia va a pensar que está bien adorar ídolos, y
dejará de creer en Cristo, quien murió por él.
|
11 Y por el conocimiento tuyo, se perderá el
hermano débil por quien Cristo murió.
|
11 Y por tu conocimiento se perderá el que es
débil, el hermano por quien Cristo murió.
|
11
Entonces ese hermano débil, por quien Cristo murió, se perderá a causa de tu
conocimiento.
|
|
12 De esta manera, pues, pecando contra los
hermanos e hiriendo su débil conciencia, contra Cristo pecáis.
|
12 Y así, al pecar contra los hermanos y herir
su conciencia cuando ésta es débil,
pecáis contra Cristo.
|
12 Al
pecar así contra los hermanos, hiriendo su débil conciencia, pecan ustedes
contra Cristo.
|
12
Cuando le hacemos daño a los miembros de la iglesia que no saben distinguir
entre lo bueno y lo malo, también le hacemos daño a Cristo.
|
13 Por lo cual, si la comida le es a mi
hermano ocasión de caer, no comeré carne jamás, para no poner tropiezo a mi
hermano.
|
13 Por consiguiente, si la comida hace que mi
hermano tropiece, no comeré carne jamás, para no hacer tropezar a mi hermano.
|
13 Por
lo tanto, si mi comida ocasiona la caída de mi hermano, no comeré carne
jamás, para no hacerlo caer en pecado.
|
13 Por
eso yo jamás voy a comer algo, si por comerlo hago que un miembro de la
iglesia peque.
|