RV60a
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LBLA
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NVI
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TLA
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1
Los
derechos de un apóstol
¿No soy
apóstol? ¿No soy libre? ¿No he visto a Jesús el Señor nuestro? ¿No sois
vosotros mi obra en el Señor?
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1 ¿No soy libre? ¿No soy apóstol? ¿No he
visto a Jesús nuestro Señor? ¿No sois vosotros mi obra en el Señor?
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1
Los
derechos de un apóstol
¿No soy libre? ¿No soy apóstol? ¿No he visto a
Jesús nuestro Señor? ¿No son ustedes el fruto de mi trabajo en el Señor?
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1 Yo soy
libre. Soy apóstol. He visto al Señor Jesús. Y gracias a mi trabajo, ahora
ustedes son de Cristo.
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2 Si para otros no soy apóstol, para vosotros
ciertamente lo soy; porque el sello de mi apostolado sois vosotros en el
Señor.
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2 Si para otros no soy apóstol, por lo menos
para vosotros sí lo soy; pues vosotros sois el sello de mi apostolado en el
Señor.
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2 Aunque
otros no me reconozcan como apóstol, ¡para ustedes sí lo soy! Porque ustedes
mismos son el sello de mi apostolado en el Señor.
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2 Aunque
otros piensen que no soy apóstol, para ustedes sí lo soy; ustedes son
cristianos, y eso demuestra que realmente soy un apóstol.
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3 Contra los que me acusan, esta es mi
defensa:
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3 Mi defensa contra los que me examinan es
ésta:
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3 Ésta es mi
defensa contra los que me critican:
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3 A los que
discuten conmigo, yo les respondo
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4 ¿Acaso no tenemos derecho de comer y beber?
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4 ¿Acaso no tenemos derecho a comer y beber?
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4 ¿Acaso no
tenemos derecho a comer y a beber?
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4 que Bernabé
y yo también tenemos derecho a recibir comida y bebida por el trabajo que
hacemos.
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5 ¿No tenemos derecho de traer con nosotros
una hermana por mujer como también los otros apóstoles, y los hermanos del
Señor, y Cefas?
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5 ¿Acaso no tenemos derecho a llevar con
nosotros una esposa creyente, así como los demás apóstoles y los hermanos del
Señor y Cefas?
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5 ¿No tenemos
derecho a viajar acompañados por una esposa creyente, como hacen los demás
apóstoles y Cefas y los hermanos del Señor?
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5 También
tenemos derecho a que nuestra esposa nos acompañe en nuestros viajes. Así lo
hacen Pedro y los otros apóstoles, y los hermanos de Jesucristo.
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6 ¿O sólo yo y Bernabé no tenemos derecho de
no trabajar?
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6 ¿O acaso sólo Bernabé y yo no tenemos el
derecho a no trabajar?
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6 ¿O es que
sólo Bernabé y yo estamos obligados a ganarnos la vida con otros trabajos?
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6 ¿Acaso
Bernabé y yo somos los únicos que estamos obligados a trabajar para vivir?
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7 ¿Quién fue jamás soldado a sus propias
expensas? ¿Quién planta viña y no come de su fruto? ¿O quién apacienta el
rebaño y no toma de la leche del rebaño?
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7 ¿Quién ha servido alguna vez como soldado a
sus propias expensas? ¿Quién planta una viña y no come de su fruto? ¿O quién
cuida un rebaño y no bebe de la leche del rebaño?
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7 ¿Qué
soldado presta servicio militar pagándose sus propios gastos? ¿Qué agricultor
planta un viñedo y no come de sus uvas? ¿Qué pastor cuida un rebaño y no toma
de la leche que ordeña?
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7 En el
ejército, ningún soldado paga sus gastos. Los que cultivan uvas, comen de las
uvas que recogen. Y los que cuidan cabras, toman de la leche que ordeñan.
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8 ¿Digo esto sólo como hombre? ¿No dice esto
también la ley?
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8 ¿Acaso digo esto según el juicio humano?
¿No dice también la ley esto mismo?
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8 No piensen
que digo esto solamente desde un punto de vista humano. ¿No lo dice también
la ley?
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8 Esta no es
una opinión mía, sino que así lo enseña la Biblia.
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9 Porque en la ley de Moisés está escrito: No
pondrás bozal al buey que trilla.(A)
¿Tiene Dios cuidado de los bueyes,
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9 Pues en la ley de Moisés está escrito: NO
PONDRAS BOZAL AL BUEY CUANDO TRILLA. ¿Acaso le preocupan a Dios los bueyes?
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9 Porque en
la ley de Moisés está escrito: «No le pongas bozal al buey mientras esté
trillando.»[a] ¿Acaso se
preocupa Dios por los bueyes,
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9 Porque en
los libros que escribió Moisés leemos: «No impidan que el buey coma mientras
desgrana el trigo.» Y si la Biblia dice eso, no es porque Dios se preocupe de
los bueyes,
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10 o lo dice enteramente por nosotros? Pues
por nosotros se escribió; porque con esperanza debe arar el que ara, y el que
trilla, con esperanza de recibir del fruto.
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10 ¿O lo dice especialmente por nosotros? Sí,
se escribió por nosotros, porque el que ara debe arar con esperanza, y el que
trilla debe trillar con la esperanza
de recibir de la cosecha .
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10 o lo
dice más bien por nosotros? Por supuesto que lo dice por nosotros, porque
cuando el labrador ara y el segador trilla, deben hacerlo con la esperanza de
participar de la cosecha.
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10 sino
porque se preocupa por nosotros. Tanto los que preparan el terreno como los
que desgranan el trigo lo hacen con la esperanza de recibir parte de la
cosecha.
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11 Si nosotros sembramos entre vosotros lo
espiritual, ¿es gran cosa si segáremos de vosotros lo material?(B)
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11 Si en vosotros sembramos lo espiritual,
¿será demasiado que de vosotros cosechemos lo material?
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11 Si
hemos sembrado semilla espiritual entre ustedes, ¿será mucho pedir que
cosechemos de ustedes lo material?[b]
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11 De la
misma manera, cuando nosotros les comunicamos a ustedes la buena noticia, es
como si sembráramos en ustedes una semilla espiritual. Por eso, como
recompensa por nuestro trabajo, tenemos derecho a que ustedes nos den lo
necesario para vivir.
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12 Si otros participan de este derecho sobre
vosotros, ¿cuánto más nosotros?
Pero no
hemos usado de este derecho, sino que lo soportamos todo, por no poner ningún
obstáculo al evangelio de Cristo.
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12 Si otros tienen este derecho sobre
vosotros, ¿no lo tenemos aún más
nosotros? Sin embargo, no hemos usado este derecho, sino que sufrimos todo
para no causar estorbo al evangelio de Cristo.
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12 Si
otros tienen derecho a este sustento de parte de ustedes, ¿no lo tendremos
aún más nosotros? Sin embargo, no ejercimos este derecho, sino que lo
soportamos todo con tal de no crear obstáculo al evangelio de Cristo.
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12 Si
otros tienen ese derecho, con más razón lo tenemos nosotros. Pero no hemos
hecho valer ese derecho, sino que todo lo hemos soportado, con tal de no
crear problemas al anunciar la buena noticia de Cristo.
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13 ¿No sabéis que los que trabajan en las
cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar
participan?(C)
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13 ¿No sabéis que los que desempeñan los
servicios sagrados comen la comida del
templo, y los que regularmente sirven
al altar, del altar reciben su parte?
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13 ¿No
saben que los que sirven en el templo reciben su alimento del templo, y que
los que atienden el altar participan de lo que se ofrece en el altar?
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13
Ustedes saben que los que trabajan en el templo viven de lo que hay en el
templo. Es decir, que los que trabajan en el altar del templo, comen de los
animales que allí se sacrifican como ofrenda a Dios.
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14 Así también ordenó el Señor a los que anuncian
el evangelio, que vivan del evangelio.(D)
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14 Así también ordenó el Señor que los que
proclaman el evangelio, vivan del evangelio.
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14 Así
también el Señor ha ordenado que quienes predican el evangelio vivan de este
ministerio.
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14 De la
misma manera, el Señor mandó que los que anuncian la buena noticia vivan de
ese mismo trabajo.
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15 Pero yo de nada de esto me he aprovechado,
ni tampoco he escrito esto para que se haga así conmigo; porque prefiero
morir, antes que nadie desvanezca esta mi gloria.
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15 Mas yo de nada de esto me he aprovechado. Y
no escribo esto para que así se haga conmigo; porque mejor me fuera morir,
que permitir que alguno me prive de esta gloria.
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15 Pero
no me he aprovechado de ninguno de estos derechos, ni escribo de esta manera
porque quiera reclamarlos. Prefiero morir a que alguien me prive de este
motivo de orgullo.
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15 Sin
embargo, yo nunca he reclamado ese derecho. Tampoco les escribo esto para que
me den algo. ¡Prefiero morirme antes de que alguien me quite la satisfacción
de ser apóstol sin sueldo!
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16 Pues si anuncio el evangelio, no tengo por
qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare
el evangelio!
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16 Porque si predico el evangelio, no tengo
nada de qué gloriarme, pues estoy bajo el deber de
hacerlo; pues ¡ay de mí si no predico el evangelio!
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16 Sin
embargo, cuando predico el evangelio, no tengo de qué enorgullecerme, ya que
estoy bajo la obligación de hacerlo. ¡Ay de mí si no predico el evangelio!
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16 Yo no
anuncio la buena noticia de Cristo para sentirme importante. Lo hago porque
Dios así me lo ordenó. ¡Y pobre de mí si no lo hago!
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17 Por lo cual, si lo hago de buena voluntad,
recompensa tendré; pero si de mala voluntad, la comisión me ha sido encomendada.
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17 Porque si hago esto voluntariamente, tengo
recompensa; pero si lo hago en contra
de mi voluntad, un encargo se me ha confiado.
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17 En
efecto, si lo hiciera por mi propia voluntad, tendría recompensa; pero si lo
hago por obligación, no hago más que cumplir la tarea que se me ha
encomendado.
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17 Yo no
puedo esperar que se me pague por anunciar la buena noticia, pues no se me
preguntó si quería hacerlo; ¡se me ordenó hacerlo!
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18 ¿Cuál, pues, es mi galardón? Que predicando
el evangelio, presente gratuitamente el evangelio de Cristo, para no abusar
de mi derecho en el evangelio.
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18 ¿Cuál es, entonces, mi recompensa? Que al
predicar el evangelio, pueda ofrecerlo gratuitamente sin hacer pleno uso de
mi derecho en el evangelio.
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18 ¿Cuál
es, entonces, mi recompensa? Pues que al predicar el evangelio pueda
presentarlo gratuitamente, sin hacer valer mi derecho.
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18 Pero
entonces, ¿qué gano yo con eso? ¡Nada menos que la satisfacción de poder
anunciar la buena noticia, sin recibir nada a cambio! Es decir, anunciarla
sin hacer valer mi derecho de vivir de mi trabajo como apóstol.
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19 Por lo cual, siendo libre de todos, me he
hecho siervo de todos para ganar a mayor número.
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19 Porque aunque soy libre de todos, de todos
me he hecho esclavo para ganar a mayor número.
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19
Aunque soy libre respecto a todos, de todos me he hecho esclavo para ganar a
tantos como sea posible.
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19
Aunque soy libre, vivo como si fuera el esclavo de todos. Así ayudo al mayor
número posible de personas a creer en Cristo.
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20 Me he hecho a los judíos como judío, para
ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no esté
sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a
la ley;
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20 A los judíos me hice como judío, para ganar
a los judíos; a los que están bajo la
ley, como bajo la ley (aunque yo no
estoy bajo la ley) para ganar a los
que están bajo la ley;
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20 Entre
los judíos me volví judío, a fin de ganarlos a ellos. Entre los que viven
bajo la ley me volví como los que están sometidos a ella (aunque yo mismo no
vivo bajo la ley), a fin de ganar a éstos.
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20
Cuando estoy con los judíos, vivo como judío, para ayudarlos a creer en
Cristo. Por eso cumplo con la ley de Moisés, aunque en realidad no estoy
obligado a hacerlo.
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21 a los que están sin ley, como si yo
estuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de
Cristo), para ganar a los que están sin ley.
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21 a los que están sin ley, como sin ley
(aunque no estoy sin la ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo) para ganar a
los que están sin ley.
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21 Entre
los que no tienen la ley me volví como los que están sin ley (aunque no estoy
libre de la ley de Dios sino comprometido con la ley de Cristo), a fin de
ganar a los que están sin ley.
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21 Y
cuando estoy con los que no obedecen la ley de Moisés, vivo como uno de
ellos, para ayudarlos a creer en Cristo. Esto no significa que yo no obedezca
la ley de Dios. Al contrario, la obedezco, pues sigo la ley de Cristo.
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22 Me he hecho débil a los débiles, para ganar
a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a
algunos.
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22 A los débiles me hice débil, para ganar a
los débiles; a todos me he hecho todo, para que por todos los medios salve a
algunos.
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22 Entre
los débiles me hice débil, a fin de ganar a los débiles. Me hice todo para
todos, a fin de salvar a algunos por todos los medios posibles.
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22
Cuando estoy con los que apenas empiezan a ser cristianos, me comporto como
uno de ellos para poder ayudarlos. Es decir, me he hecho igual a todos, para
que algunos se salven.
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23 Y esto hago por causa del evangelio, para
hacerme copartícipe de él.
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23 Y todo lo hago por amor del evangelio, para
ser partícipe de él.
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23 Todo
esto lo hago por causa del evangelio, para participar de sus frutos.
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23 Y
todo esto lo hago porque amo la buena noticia, y porque quiero participar de
sus buenos resultados.
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24 ¿No sabéis que los que corren en el
estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred
de tal manera que lo obtengáis.
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24 ¿No sabéis que los que corren en el
estadio, todos en verdad corren, pero sólo
uno obtiene el premio? Corred de tal modo que ganéis.
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24 ¿No
saben que en una carrera todos los corredores compiten, pero sólo uno obtiene
el premio? Corran, pues, de tal modo que lo obtengan.
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24
Ustedes saben que, en una carrera, no todos ganan el premio, sino uno solo.
Pues nuestra vida como seguidores de Cristo es como una carrera, así que
vivamos bien para llevarnos el premio.
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25 Todo aquel que lucha, de todo se abstiene;
ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una
incorruptible.
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25 Y todo el que compite en los juegos se
abstiene de todo. Ellos lo hacen para
recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.
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25 Todos
los deportistas se entrenan con mucha disciplina. Ellos lo hacen para obtener
un premio que se echa a perder; nosotros, en cambio, por uno que dura para
siempre.
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25 Los
que se preparan para competir en un deporte, dejan de hacer todo lo que pueda
perjudicarlos. ¡Y lo hacen para ganarse un premio que no dura mucho!
Nosotros, en cambio, lo hacemos para recibir un premio que dura para siempre.
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26 Así que, yo de esta manera corro, no como a
la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire,
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26 Por tanto, yo de esta manera corro, no como
sin tener meta; de esta manera peleo, no como dando golpes al aire,
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26 Así
que yo no corro como quien no tiene meta; no lucho como quien da golpes al
aire.
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26 Yo me
esfuerzo por recibirlo. Así que no lucho sin un propósito.
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27 sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en
servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a
ser eliminado.
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27 sino que golpeo mi cuerpo y lo hago mi
esclavo, no sea que habiendo predicado a otros, yo mismo sea descalificado.
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27 Más
bien, golpeo mi cuerpo y lo domino, no sea que, después de haber predicado a
otros, yo mismo quede descalificado.
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27 Al
contrario, vivo con mucha disciplina y trato de dominarme a mí mismo. Pues si
anuncio a otros la buena noticia, no quiero que al final Dios me descalifique
a mí.
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